ACAPULCO. La prolongación de la cuarentena por el Covid-19, que ha paralizado toda actividad del sector productivo y el turismo, principal fuente de ingresos del puerto de Acapulco, ha acelerado la crisis económica de miles de trabajadores del volante que, por falta de pasajeros, así como por las extorsiones del crimen organizado, no les alcanza para llevar alimentos a sus familias y están a un paso de perderlo todo.
Líderes de diversas organizaciones del transporte público coinciden en que la situación es verdaderamente desesperante, en virtud de que, desde hace mes y medio, se redujo drásticamente el número de usuarios y esto ha propiciado el desplome de su economía, y otro factor es que también tienen que seguir pagando el derecho de piso a los grupos de delincuentes vinculados con el crimen organizado.
No hacerlo no sólo se exponen al llamado “levantón” y que les incendien sus unidades automotrices y, en el peor de los casos. es que sean asesinados, como ya ha ocurrido en diversas ocasiones; además, de dar la clásica “mordida” a inspectores de Transportes y a los policías viales, estos últimos responsables de vigilar que se respete el programa Hoy no Circula.
El presidente de la organización Un Nuevo Horizonte para Guerrero, Rogelio Hernández Cruz, refirió que este panorama se padece en todos los municipios del estado, pero se acentúa en el puerto de Acapulco, en donde más del 80 por ciento del transporte paró por la cuarentena y sobreviven con lo poco que logran reunir durante su turno.
Mientras que el dirigente de la Organización de Permisionarios y Transportistas del Estado de Guerrero (Octraeg), Ruperto Rodríguez González, coincidió que son cientos los transportistas que están sufriendo la falta de ingresos económicos y que a la fecha no han recibido ningún tipo de apoyo por parte de las autoridades “y se la tienen que rifar para llevar el alimento a su familia”.
Admitió que algunos han puesto en venta sus concesiones y hasta han dejado en empeño sus vehículos para tener recursos y paliar un poco la crisis económica; otros salen a buscar al poco pasaje que hay en la ciudad, con el riesgo de ser contagiados por el coronavirus.
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