Roma, Italia. De parte del Vaticano existe la máxima disponibilidad y la máxima colaboración con Italia para resolver el “caso” de los huesos humanos descubiertos en la nunciatura apostólica en Roma. Por primera vez desde el hallazgo que ha dado lugar a todo tipo de ilaciones, sobre todo en relación con la misteriosa desaparición, hace 35 años, de Emanuela Orlandi, la hija de 15 años de un dependiente del Estado papal y de su coetánea Mirella Gregori, el Vaticano salió al paso a través del secretario de Estado, cardenal Petro Parolin, para tratar de alejar interpretaciones “fuera de lugar”.
Refiriéndose a la inmediata relación que se hizo con el caso Orlandi, el “número dos” de la Santa Sede rechazó que el Vaticano haya tenido algo que ver. “Francamente -afirmó al margen de un seminario de política exterior- no sé quién puso en relación esos pobres restos con el caso de la pequeña Emanuela... fue una sorpresa también para mí, y ahora todos esperamos que concluyan los análisis científicos para tener una respuesta”. Se trata del examen de 70 fragmentos óseos pertenecientes a dos personas.
Una vez descubiertos los huesos durante trabajos normales de restructuración en un pavimento de la nunciatura, el Vaticano decidió confiar las investigaciones a las autoridades italianas, autorizándolas a entrar en una zona extraterritorial. Al respecto, el cardenal Parolin afirmo que “obviamente, lo hicimos por motivos de transparencia”. Sin embargo, según trascendió, los huesos humanos fueron encontrados 72 horas antes del día en que el Vaticano lo comunicara públicamente.