Ningún tesoro nazi fue enterrado en un pueblo del este de Países Bajos, declararon el martes las autoridades, tras una última excavación realizada a raíz de la publicación de un mapa que dio lugar a una búsqueda del tesoro.
Los archivos nacionales neerlandeses revelaron a principios de enero un documento que señalaba, con una cruz roja dibujada a mano, el lugar en el que soldados alemanes habrían escondido un tesoro estimado en el equivalente actual a casi 11 millones de euros (unos 12 millones de dólares) pero que nunca fue encontrado.
_________________________________________________________________________________________________
Cofre de leyendas│Escucha nuestro podcast
➡️ [Podcast] Cofre de Leyendas│El espectro del cementerio
________________________________________________________________________________________________
En 1947 ya se llevaron a cabo excavaciones, y en los últimos tiempos multitud de cazadores de tesoros aficionados también trataron de encontrar el botín, sin éxito. Las búsquedas de un grupo de arqueólogos del lunes tampoco dieron resultado: no encontraron más que un neumático y una bala de fusil.
"Suponemos que el tesoro fue enterrado en Ommeren pero que ya fue desenterrado", declaró a AFP Birgit van Aken-Quint, portavoz del Ayuntamiento de Buren, del que depende esa aldea.
Los arqueólogos locales fueron autorizados a excavar el lunes en dos lugares, en los terrenos de una empresa de frutas y al lado del aparcamiento de un museo regional, explicó.
Pero esta última excavación distó mucho de conducir al hallazgo de los cofres llenos de joyas, piedras preciosas, monedas de oro y cajas de música de los que da cuenta el testimonio de un soldado alemán que fue publicado en los documentos de archivo.
Si se hubiera encontrado el tesoro --que supuestamente fue robado tras el bombardeo de un banco de Arnhem (este) en 1944, y enterrado tras la ofensiva aliada Market Garden--, éste hubiera sido entregado al Estado.
Ahora, el Ayuntamiento espera cerrar este capítulo, tras la llegada al pueblo de numerosas personas equipadas con detectores de metales, algo que sacó de quicio a más de un habitante y obligó a las autoridades a intervenir.