Desde las más pequeñas capillas hasta las más grandes catedrales del mundo han cerrado sus puertas ante la contingencia de salud pública derivada de la pandemia de Covid-19. Esta Semana Santa fue histórica, como ninguna otra, las misas se realizan a puerta cerrada en casi todo el mundo.
En Notre- Dame, la emblemática catedral de París, no fue diferente, el arzobispo Michel Aupetit entró a la catedral para realizar la celebración del Viernes Santo, en la ceremonia acompañó al arzobispo el rector de la catedral, Patrick Chauvet, donde veneraron la corona de espinas de Jesús, una de las reliquias más valiosas de este recinto.
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Sólo siete personas pudieron entrar a la celebración religiosa; el arzobispo, el rector de la catedral, un violinista, una cantante y técnicos que se encargaron de grabar y tomar fotografías, todos a excepción del arzobispo y el rector estuvieron protegidos con trajes especiales y cascos de obra.
"Vamos a celebrar la Pascua dentro de poco y celebraremos que la vida es más fuerte que la muerte", dijo el arzobispo en la ceremonia.
El próximo 15 de abril se cumplirá un año del incendio de afectó en gran medida a la catedral de Notre Dame, las obras para su reconstrucción están detenidas por la pandemia de Covid-19.
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