WASHINGTON. Las potencias mundiales contaminantes anunciaron, en la cumbre climática organizada por Estados Unidos, mayores compromisos para reducir los gases de efecto invernadero que aparentemente acercarán al planeta al objetivo de combatir el calentamiento, una meta que hasta ahora ha estado fuera de alcance.
El acuerdo climático de París celebrado en 2015 prevé mantener el calentamiento por debajo de +2°C, y si es posible +1,5°C, en comparación con la era preindustrial, pero la primera serie de contribuciones determinadas a nivel nacional de los signatarios colocó al planeta en una trayectoria de entre +3°C y +4°C.
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Algunas potencias importantes, comenzando por Estados Unidos, dieron a conocer sus objetivos con miras a la conferencia de la ONU, COP26, programada para noviembre en Glasgow, Escocia.
Según el enviado de Estados Unidos para el clima, John Kerry, con estos nuevos anuncios los países que representan más de la mitad de la economía mundial se habrán comprometido a reducir las emisiones con el objetivo planetario de reducir el calentamiento global.
El presidente estadounidense Joe Biden prometió reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la economía más grande del mundo entre 50 por ciento y 52 por ciento para 2030 con respecto a los niveles de 2005.
Este objetivo casi duplica el compromiso anterior de Washington de una disminución de entre 26 por ciento y 28 por ciento para 2025 y debería permitir que Estados Unidos, el segundo contaminante del mundo, logre la neutralidad de carbono. China, el principal país contaminante, con más de una cuarta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, no ha anunciado ninguna nueva ambición, pero prometió el año pasado comenzar a reducirlas antes de 2030 para buscar la neutralidad de carbono para 2060. El presidente Xi Jinping reafirmó las cifras y prometió cooperar con EU y el resto del mundo en la materia.
El presidente Vladimir Putin también aseguró que Rusia, el cuarto mayor emisor del mundo, mantendrá sus compromisos, considerados sin embargo sumamente insuficientes.
Corea del Sur dijo por su lado que dejará de financiar centrales eléctricas de carbón en el extranjero.bono para 2050.
El primer ministro Yoshihide Suga también elevó el objetivo para Japón, el quinto país en términos de emisiones de CO2, prometiendo reducirlas en un 46 por ciento para 2030 en comparación con 2013, frente a un objetivo anterior del 26 por ciento.
Canadá reducirá a su vez sus emisiones entre 40 por ciento y 45 por ciento para 2030 desde el nivel de 2005.
BOLSONARO BAJA EL TONO
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que llegó a amenazar con usar "pólvora" contra las presiones para reducir la deforestación amazónica, se comprometió en la Cumbre sobre el Clima a que Brasil alcance la "neutralidad" de carbono en 2050, diez años antes de lo previsto.
Ese cambio de tono ya se había plasmado en una carta enviada este mes al presidente estadounidense Joe Biden, en la cual proclamó su "apoyo a los esfuerzos" para "eliminar la deforestación ilegal en Brasil en 2030", conforme a los compromisos del Acuerdo de París de 2015.
Ante observadores escépticos porque hasta el momento el mandatario de ultraderecha no había mostrado compromisos ambientales reales, incluso se mostró partidariode reducir las multas ambientales, interrumpir las demarcaciones de tierras indígenas y promover los intereses de los productores rurales. Desde que el exmilitar llegó al poder, en enero de 2019, las áreas deforestadas en la Amazonía han aumentado drásticamente.
El gobernante recordó que su país, la principal economía de Latinoamérica, es sólo responsable del 3 % de las emisiones de gases de efecto invernadero gracias a "una de las matrices energéticas más limpias del Planeta, incluyendo el extendido uso de etanol.
Ante este panorama globla, Biden intentó retomar el papel de líder de Estados Unidos en la lucha contra la crisis climática tres meses después de reintegrar a su país en el Acuerdo de París,
El mandatario llamó al mundo a "actuar" para frenar el calentamiento global, al asumir un mayor compromiso del país para reducir las emisiones contaminantes, una postura aplaudida por la comunidad internacional tras la negación de la era Trump.
Estados Unidos es el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo y uno de los más altos en emisiones por persona. Pero sus emisiones son menos del 15 por ciento del total mundial, por lo que es fundamental que pase lo que pase en Estados Unidos esté vinculado a un esfuerzo global.
Es por eso que la credibilidad es tan importante: si EU quiere restablecer el liderazgo sobre el cambio climático , sus esfuerzos solo serán tan buenos como el apoyo del resto del mundo.
Detener el calentamiento global a 1.5°C, el objetivo del acuerdo climático de París , requerirá un esfuerzo global inmediato que pueda transformar los sistemas energéticos y hacer que las emisiones caigan en picado a tasas nunca antes observadas en la historia.
Las declaraciones de los 40 líderes mundiales en la cumbre reflejaron visiones ambiciosas para ese futuro y la realidad de que las palabras no siempre coinciden con las acciones sobre el terreno.
Formalmente, el nuevo objetivo de Estados Unidos Es lo que se conoce en el acuerdo climático de París como una "contribución determinada a nivel nacional". De hecho, es una promesa no vinculante para el resto del mundo.
Más allá de las cifras principales, incluida la nueva promesa de reducir las emisiones en un 50-52 por ciento para 2030 en comparación con los niveles de 2005, la promesa de Biden presta atención a la necesidad de adaptarse a los cambios climáticos que ya están en marcha y desarrollar la resiliencia.