VARSOVIA. Polonia, un país de la OTAN, aumentó su nivel de alerta militar tras informes de que un misil ruso cayó en su territorio durante los bombardeos de Ucrania, en un vuelco de la guerra que amenaza con desencadenar una peligrosa escalada en Europa.
El gobierno polaco indicó que “un proyectil de fabricación rusa” cayó en su territorio “matando a dos ciudadanos” polacos e informó que el embajador ruso en Varsovia fue convocado para dar “explicaciones detalladas” sobre lo ocurrido.
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El presidente Andrzej Duda afirmó que no hay evidencia clara de quién disparó el misil, aunque dijo que eran “probablemente de fabricación rusa”.
Por su parte, el primer ministro Mateusz Morawiecki urgió a la población a mantener la calma.
Los embajadores de la Organización del tratado del Atlántico Norte (OTAN) se reunirán hoy en Bruselas para discutir la situación.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acusó a Rusia de disparar misiles contra Polonia. Rusia descalificó esa versión como una “provocación” con miras a aumentar las tensiones.
“Las declaraciones de los medios polacos y de responsables oficiales sobre una supuesta caída de misiles rusos cerca de la localidad de Przewodow son una provocación intencionada que buscan una escalada de la situación”, declaró el Ministerio ruso de Defensa en Telegram.
“No se llevaron a cabo ataques contra objetivos cerca de la frontera ucraniano-polaca”, insistió el ministerio.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, se dijo “conmocionado” y anunció propondrá “una reunión de coordinación” de los líderes de la Unión Europea (UE) que participan en la cumbre del G20 de potencias industrializadas y emergentes que tiene lugar en Bali (Indonesia).
Polonia decidió “elevar el nivel de alerta de algunas unidades de combate “, anunció el portavoz del gobierno, Piotr Müller, tras una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad Nacional.
Según los medios polacos, la explosión tuvo lugar en la localidad de Przewodow, a escasos kilómetros de la frontera con Ucrania.
En Estados Unidos, el Departamento de Estado indicó que se empeñaba en “determinar lo que ocurrió” y cuáles serán los “próximos pasos apropiados”.
Sin embargo, tras una reunión de emergencia del G20, el presidente de EU, Joe Biden, dijo que es “poco probable” que se disparara desde Rusia el misil.
Polonia está protegida por el artículo 5 del tratado de la OTAN, que estipula que si un Estado miembro es blanco de un ataque armado, sus socios considerarán el acto como un ataque armado dirigido contra el conjunto de los países miembros y tomarán las medidas que juzguen necesarias para ayudar al país atacado.
Zelenski, que reclama con insistencia mayor ayuda occidental, acusó ayer a Moscú de provocar una “escalada muy significativa” del conflicto e instó a la OTAN a “actuar”.
El canciller ucraniano, Dmytro Kuleba, rechazó tajantemente que su país hubiese lanzado un misil para provocar una reacción de la OTAN.
“Rusia promueve una teoría conspirativa de que un presunto misil de la defensa aérea ucraniana cayó en territorio polaco. Esto no es verdad. Nadie debe comprar la propaganda rusa o amplificar sus mensajes”, afirmó.
Bombardeos masivos
Los informes surgieron al cabo de una jornada de intensos bombardeos rusos contra varias ciudades de Ucrania, y en particular contra sus instalaciones energéticas, que dejaron a 10 millones de personas sin luz, según Zelenski.
El mandatario informó por la noche que 8 millones de usuarios ya habían sido reconectados a la red.
También en la vecina Moldavia se produjeron cortes de electricidad.
“Partes de Moldavia están sufriendo apagones a consecuencia de los disparos de misiles rusos contra ciudades y estructuras vitales de Ucrania (...). Llamamos a Rusia a poner fin a esa destrucción ya”, tuiteó el canciller moldavo, Nicu Popescu.
Rusia acusó por su lado a Ucrania de bombardear la región fronteriza rusa de Belgorod, matando a dos personas.
Los ataques rusos se producen cuatro días después de la humillante retirada de las fuerzas de Moscú de la zona de Jersón, incluida la capital regional del mismo nombre, esto, tras casi nueve meses de ocupación.
La última oleada masiva de bombardeos contra Ucrania se remontaba a los días 10 y 17 de octubre y tuvieron como objetivo las infraestructuras energéticas, a inicios del invierno.
El Kremlin alegó entonces que se trataba de represalias por la destrucción parcial del puente que une a Rusia con la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014. En Kiev, “los servicios de rescate hallaron el cuerpo de una persona fallecida” en uno de los edificios impactados, indicó el alcalde Vitali Klitschko.
Un funcionario de la administración presidencial ucraniana publicó un vídeo en el que se ve un edificio de cinco plantas en llamas.
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“Bofetada” al G20
Zelenski llamó al G20 a pronunciarse sobre los bombardeos rusos.
“Este acto de genocidio de los ucranianos en respuesta a mi plan de paz es una bofetada cínica en el rostro del G20 y del mundo”, declaró el mandatario.
El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, que representó a su país en Bali, acusó a Ucrania de impedir las conversaciones de paz al exigir que las tropas rusas abandonen la totalidad del territorio.
Rusia controla de hecho desde 2014 amplias porciones del este, en gran medida rusohablante, que se anexionó formalmente después de la invasión.
“Todos los problemas proceden de la parte ucraniana, que rechaza categóricamente negociaciones y avanza reivindicaciones que son manifiestamente no realistas”, afirmó Lavrov.