/ martes 18 de enero de 2022

Consejo de crisis climática de la OEM: Tabasco quedará bajo el agua por el calentamiento global

El estado natal del presidente López Obrador, y con ello su refinería, será el primer gran afectado de no frenar el calentamiento global

A seis meses de que inicie operaciones, la refinería de Dos Bocas que se construye en el municipio de Paraíso, Tabasco, se inundó… por sexta ocasión. Y es casi un hecho que las escenas vistas el pasado 13 de enero –en donde el agua incluso rebasó los 40 centímetros en algunas zonas– vuelvan a repetirse.

El que tiro por viaje se encharque una de las obras emblemáticas del actual gobierno federal es apenas la punta del iceberg de un problema más grande: la tierra que vio nacer al presidente Andrés Manuel López Obrador será uno de los primeros territorios nacionales en ser alcanzados por la crisis climática y quedar bajo el agua, si es que nada revierte la situación.

➡️ Dos Bocas gastó la mitad de su presupuesto y tiene un tercio de avance

“México es uno de los países donde la situación es más preocupante… estamos siendo víctimas de los primeros efectos de las catástrofes que no son naturales, que son provocadas por el desarrollo humano.

“Ahí está el ejemplo de Tabasco que cada vez más frecuente va a estar viviendo bajo el agua. Es de los primeros estados que, a raíz de esta emergencia y este colapso climático, va a desaparecer de la esfera mundial”, aseguró el activista ambiental Aurelién Guilabert durante su participación en la primera sesión del Consejo de Crisis Climática de la Organización Editorial Mexicana (OEM).

Su afirmación encuentra apoyo en investigaciones recientes. De acuerdo con la organización científica Climate Central, se avecinan tiempos críticos para el planeta en 2050, que sufrirá afectaciones derivadas de la subida del nivel del mar por el calentamiento global tres veces mayores a las previstas.

En el caso de México, un mapa interactivo que acompaña al reporte deja ver impactos en las costas de estados que colindan tanto con el Océano Pacífico como con el Golfo de México, pero en el Edén mexicano los estragos serán mayores: aproximadamente un tercio de la entidad podría quedar permanentemente anegada.

“La situación es grave porque estamos siendo testigos, estamos viviendo el inicio de la sexta extinción masiva y esta sexta extinción es causa y obra en gran medida de las acciones de los seres humanos”, alertó Francisco Ayala, fundador del laboratorio biosocial Huerto Roma Verde, en el mismo foro.

Sandra Guzmán, gerente de financiamiento climático en la oficina de Londres de la Iniciativa de Política Climática (Climate Policy Initiative), coincidió en que México es uno de los países más vulnerables ante la crisis climática. “La realidad es que el cambio climático nos azota por todos lados: sequías, huracanes, el sargazo, los incendios, las migraciones, la pérdida de ecosistemas, la pérdida de fauna, de flora”.

Pero agregó que también nuestro país responsable de la tragedia, “por donde lo queramos ver”.

De acuerdo con la científica, que ha estudiado el fenómeno los últimos 16 años, de 21 economías en América Latina, la nuestra ocupa la primera posición en emisiones totales de dióxido de carbono por quema de combustibles fósiles y la segunda posición por emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI), “y eso nos responsabiliza”.

PASAR DE LA DENUNCIA A LA ACCIÓN

Presidido por su directora general editorial, Martha Ramos Sosa, la OEM inauguró el jueves pasado su Consejo de Crisis Climática, iniciativa que retoma esta agenda desde una mirada multidisciplinaria.

A partir del debate, se pondrán en la mesa opiniones, discusiones, proyectos e iniciativas que empujen desde la labor periodística un mejor abordaje de temas relacionados con el medio ambiente, la sustentabilidad y el cambio climático, para pasar del relato pasivo sobre la crisis a la acción desde la tribuna que representamos.

Los especialistas que participaron coincidieron en que las soluciones pasan necesariamente por modificar el actual modelo de producción, pero también por saber comunicar adecuadamente que el planeta vive una crisis para que cada persona en lo individual comience a cambiar sus hábitos en pro del medio ambiente y la vida.

En palabras de Guzmán, “hay que saber comunicar el problema en su justa dimensión”, por muy catastrofista que parezca, pero siempre tratando de dar alternativas que lleven a las personas a la acción en su día a día. “Tenemos que entender qué significa para la vida cotidiana este tipo de datos”, agregó.

Guilabert opinó que los medios de comunicación deben servir para posicionar las causas ambientales en la agenda pública, para la concientización social y para aglutinar las banderas de los diferentes movimientos sociales.

CAMBIAR EL SISTEMA

Para Ayala, frenar el calentamiento global requeriría de modificar prácticamente el paradigma civilizatorio “porque a final de cuentas lo que estamos viviendo es esta crisis climática es una crisis civilizatoria”.

“La forma en que producimos, la forma en que transformamos y la forma en que consumimos no es sostenible; se requieren muchos planetas y muchos recursos para seguir con la idea de que podemos acceder a los niveles de desarrollo del mal llamado primer mundo y esto fue advertido muchísimos años por los primeros grandes desmitificadores del progreso que fueron los pueblos originarios de prácticamente todo el mundo, que han estado resistiendo los embates de este modelo de desarrollo que es expoliador y profundamente desvinculado con la naturaleza”, apuntó el activista socioambiental.

Sandra Guzmán concordó en que la crisis climática es un problema intrínseco del modelo económico que hemos sostenido durante años, basado en el consumo masivo de los recursos naturales.

“No es sólo que esté aumentando la temperatura, no es sólo que esté cambiando el clima, el problema, el problema de fondo es que hay un modelo económico extractivista que ve en la naturaleza la posibilidad de generar un intercambio o una ganancia económica y esta visión economicista del problema es la que nos está llevando a que todas las intervenciones que hoy conocemos”, añadió.

Criticó que la actual administración federal esté completamente centrada en el sector de hidrocarburos, altamente contaminantes, y no haya incrementado en 2020, en el marco del Acuerdo de Paris, sus compromisos internacionales para reducir sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero al 2030.

Aurelién Guilabert opinó que el sector privado también tiene mucha responsabilidad. “En general se le pega al gobierno porque no hay política ambiental, pero quién contamina más, quién ha ido a ver todo lo que está haciendo Grupo México o esos grupos empresariales que siguen siendo parte de lo que es la mafia del poder y de la mafia destructiva de nuestro entorno ambiental”, cuestionó.

A seis meses de que inicie operaciones, la refinería de Dos Bocas que se construye en el municipio de Paraíso, Tabasco, se inundó… por sexta ocasión. Y es casi un hecho que las escenas vistas el pasado 13 de enero –en donde el agua incluso rebasó los 40 centímetros en algunas zonas– vuelvan a repetirse.

El que tiro por viaje se encharque una de las obras emblemáticas del actual gobierno federal es apenas la punta del iceberg de un problema más grande: la tierra que vio nacer al presidente Andrés Manuel López Obrador será uno de los primeros territorios nacionales en ser alcanzados por la crisis climática y quedar bajo el agua, si es que nada revierte la situación.

➡️ Dos Bocas gastó la mitad de su presupuesto y tiene un tercio de avance

“México es uno de los países donde la situación es más preocupante… estamos siendo víctimas de los primeros efectos de las catástrofes que no son naturales, que son provocadas por el desarrollo humano.

“Ahí está el ejemplo de Tabasco que cada vez más frecuente va a estar viviendo bajo el agua. Es de los primeros estados que, a raíz de esta emergencia y este colapso climático, va a desaparecer de la esfera mundial”, aseguró el activista ambiental Aurelién Guilabert durante su participación en la primera sesión del Consejo de Crisis Climática de la Organización Editorial Mexicana (OEM).

Su afirmación encuentra apoyo en investigaciones recientes. De acuerdo con la organización científica Climate Central, se avecinan tiempos críticos para el planeta en 2050, que sufrirá afectaciones derivadas de la subida del nivel del mar por el calentamiento global tres veces mayores a las previstas.

En el caso de México, un mapa interactivo que acompaña al reporte deja ver impactos en las costas de estados que colindan tanto con el Océano Pacífico como con el Golfo de México, pero en el Edén mexicano los estragos serán mayores: aproximadamente un tercio de la entidad podría quedar permanentemente anegada.

“La situación es grave porque estamos siendo testigos, estamos viviendo el inicio de la sexta extinción masiva y esta sexta extinción es causa y obra en gran medida de las acciones de los seres humanos”, alertó Francisco Ayala, fundador del laboratorio biosocial Huerto Roma Verde, en el mismo foro.

Sandra Guzmán, gerente de financiamiento climático en la oficina de Londres de la Iniciativa de Política Climática (Climate Policy Initiative), coincidió en que México es uno de los países más vulnerables ante la crisis climática. “La realidad es que el cambio climático nos azota por todos lados: sequías, huracanes, el sargazo, los incendios, las migraciones, la pérdida de ecosistemas, la pérdida de fauna, de flora”.

Pero agregó que también nuestro país responsable de la tragedia, “por donde lo queramos ver”.

De acuerdo con la científica, que ha estudiado el fenómeno los últimos 16 años, de 21 economías en América Latina, la nuestra ocupa la primera posición en emisiones totales de dióxido de carbono por quema de combustibles fósiles y la segunda posición por emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI), “y eso nos responsabiliza”.

PASAR DE LA DENUNCIA A LA ACCIÓN

Presidido por su directora general editorial, Martha Ramos Sosa, la OEM inauguró el jueves pasado su Consejo de Crisis Climática, iniciativa que retoma esta agenda desde una mirada multidisciplinaria.

A partir del debate, se pondrán en la mesa opiniones, discusiones, proyectos e iniciativas que empujen desde la labor periodística un mejor abordaje de temas relacionados con el medio ambiente, la sustentabilidad y el cambio climático, para pasar del relato pasivo sobre la crisis a la acción desde la tribuna que representamos.

Los especialistas que participaron coincidieron en que las soluciones pasan necesariamente por modificar el actual modelo de producción, pero también por saber comunicar adecuadamente que el planeta vive una crisis para que cada persona en lo individual comience a cambiar sus hábitos en pro del medio ambiente y la vida.

En palabras de Guzmán, “hay que saber comunicar el problema en su justa dimensión”, por muy catastrofista que parezca, pero siempre tratando de dar alternativas que lleven a las personas a la acción en su día a día. “Tenemos que entender qué significa para la vida cotidiana este tipo de datos”, agregó.

Guilabert opinó que los medios de comunicación deben servir para posicionar las causas ambientales en la agenda pública, para la concientización social y para aglutinar las banderas de los diferentes movimientos sociales.

CAMBIAR EL SISTEMA

Para Ayala, frenar el calentamiento global requeriría de modificar prácticamente el paradigma civilizatorio “porque a final de cuentas lo que estamos viviendo es esta crisis climática es una crisis civilizatoria”.

“La forma en que producimos, la forma en que transformamos y la forma en que consumimos no es sostenible; se requieren muchos planetas y muchos recursos para seguir con la idea de que podemos acceder a los niveles de desarrollo del mal llamado primer mundo y esto fue advertido muchísimos años por los primeros grandes desmitificadores del progreso que fueron los pueblos originarios de prácticamente todo el mundo, que han estado resistiendo los embates de este modelo de desarrollo que es expoliador y profundamente desvinculado con la naturaleza”, apuntó el activista socioambiental.

Sandra Guzmán concordó en que la crisis climática es un problema intrínseco del modelo económico que hemos sostenido durante años, basado en el consumo masivo de los recursos naturales.

“No es sólo que esté aumentando la temperatura, no es sólo que esté cambiando el clima, el problema, el problema de fondo es que hay un modelo económico extractivista que ve en la naturaleza la posibilidad de generar un intercambio o una ganancia económica y esta visión economicista del problema es la que nos está llevando a que todas las intervenciones que hoy conocemos”, añadió.

Criticó que la actual administración federal esté completamente centrada en el sector de hidrocarburos, altamente contaminantes, y no haya incrementado en 2020, en el marco del Acuerdo de Paris, sus compromisos internacionales para reducir sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero al 2030.

Aurelién Guilabert opinó que el sector privado también tiene mucha responsabilidad. “En general se le pega al gobierno porque no hay política ambiental, pero quién contamina más, quién ha ido a ver todo lo que está haciendo Grupo México o esos grupos empresariales que siguen siendo parte de lo que es la mafia del poder y de la mafia destructiva de nuestro entorno ambiental”, cuestionó.

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