El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, restó este domingo importancia al crecimiento económico del país, que atraviesa una clara desaceleración, y marcó como una prioridad de su Gobierno el reparto equitativo de la riqueza.
"Tenemos el propósito de, poco a poco, deshacer la obsesión tecnocrática de medirlo todo en función del simple crecimiento económico", aseveró el mandatario durante la presentación de su primer informe de Gobierno en un acto multitudinario en Palacio Nacional.
El presidente, del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), consideró que "lo fundamental no es el crecimiento cuantitativo sino la distribución equitativa de la riqueza".
"El crecimiento económico no debe ser entendido como un objetivo en sí mismo sino como un medio para lograr un objetivo superior: el bienestar general de la población", dijo López Obrador, quien sostuvo que el objetivo de todo gobierno debe ser "conseguir la felicidad de la gente".
El presidente ha defendido en diversas ocasiones que México cerrará 2019 con un crecimiento económico del 2 % y al finalizar su mandato en 2024 el país habrá crecido al 4 % en promedio anual.
Sin embargo, la mayoría de organismos financieros nacionales e internacionales creen que el país no superará este año el 1 % de crecimiento puesto que en los primeros seis meses de 2019 la economía se estancó, creciendo un 0 % el segundo trimestre frente a los primeros tres meses del año.
"La esencia de nuestra promesa económica consiste en convertir la honestidad y la austeridad en una forma de gobierno", expresó el mandatario, quien repasó todas sus medidas destinadas a combatir la corrupción y a reducir privilegios gubernamentales.
Dijo que la "deshonestidad" de los gobernantes es la causa principal de la "desigualdad económica y social" del país, por lo que se marcó como objetivo "acabar con la corrupción y la impunidad".
También dijo haber cancelado las condonaciones de impuestos de los grandes contribuyentes, haber reducido los suelos de los altos cargos de la administración, haber suprimido las pensiones a los expresidentes, haber eliminado el Estado Mayor que protegía al presidente y haber puesto en venta el lujoso avión presidencial de su antecesor, Enrique Peña Nieto (2012-2018).
Asimismo, López Obrador dedicó un aplauso a los migrantes mexicanos, que calificó de "héroes vivientes", unas sentidas palabras porque gracias a las remesas ayudan mucho a la economía popular.
Destacó que en los primeros seis meses del año se enviaron remesas por 16.845 millones de dólares, tal y como había informado el Banco de México el pasado 1 de agosto.
En otros asuntos, resaltó el programa de reforestación "Sembrando Vida" porque busca plantar un millón de hectáreas de árboles y ha generado 230.000 empleos, frenando así también la migración.
Destacó también el avance en proyectos de gran envergadura como el Tren Maya, que conectará varios estados del rezagado sur y sureste del país.
Por ello, el 13 de diciembre terminarán los estudios de ingeniería básica, y posteriormente se licitará la construcción.
Sobre la cancelación del aeropuerto de México impulsado por Peña Nieto (2012-2018), López Obrador celebró que ya se finiquitaron todos los contratos establecidos y bonos.
Defendió su polémica decisión porque, dijo, la terminal aérea en el Lago de Texcoco se hubiera hundido y suponía un gran impacto medioambiental.
Además, con la reconversión de la terminal militar de Santa Lucía en un nuevo aeropuerto civil para la capital se tendrá una mejor solución a largo plazo y habrá un ahorro de unos cien mil millones de pesos (unos cinco mil millones de dólares), resaltó.
Finalmente, tendió la mano a los empresarios y agradeció en particular la "colaboración" del magnate Carlos Slim, presente en la presentación del primer informe de Gobierno, y del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).