El obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, ofreció un mensaje al inicio del curso escolar 2020 – 2021, en el que enfatizó que la educación es un proceso que no se detiene, “sabemos que falta tiempo para volver a las aulas de manera presencial, pero no olvidemos que el fin de la educación es la persona, cada niña y niño, adolescente y joven a nuestro cargo”.
Sostuvo que la pandemia ha resaltado que todos somos responsables de la educación: familias, escuelas, estudiantes e instituciones civiles, gubernamentales y religiosas.
“A los padres de familia de manera especial les recordamos: ustedes son los primeros responsables de sus hijos su colaboración con los maestros es esencial para su bien. Cuál es la pena el tiempo compartido con los hijos”.
Exhortó a enfrentar los retos actuales con ánimo firme y fe esperanzada así como cuidar la salud física “y, sobre todo, la salud emocional y espiritual para seguir adelante y contar con las fuerzas necesarias para ayudar a los demás”.
Llamó a los educadores a contribuir en gran medida a encontrar los caminos para salir adelante. “Los momentos de crisis son una oportunidad de lograr mejores condiciones de vida para todos.
La fraternidad creativa y la solidaridad generosa siguen siendo indispensables”.
Asimismo, les pidió agotar enormes programas, sino de volver a los aprendizajes esenciales que hacen la diferencia en la vida de toda persona: saber escuchar, actitud de servicio, educar al cuidado del mundo y a la solidaridad con todos.
“Como educadores, tenemos que ayudar a las generaciones jóvenes a situarse en este mundo de incertidumbres, y a discernir entre lo bueno y lo malo”.
“El ejemplo, el respeto y el cariño sincero son insustituibles, a pesar de la distancia física”.