Zacatecas, Zac.- “Samy, bebé de cuatro meses, hijo de Litzi Sarahí, ha sido tomado como rehén de las instituciones”.
Los padres de Litzi Sarahí, una víctima más de feminicidio en el estado, exigen a las autoridades de la Procuraduría de Protección a Niñas, Niños, Adolescentes y Familia, revisen de manera exhaustiva el caso de guardia y custodia de su nieto, aseguran que el padre biológico no fue apto para quedarse con el menor, dado que fue diagnosticado con Trastorno Obsesivo Compulsivo, además porque forma parte de una de las líneas de investigación en el feminicidio, sin embargo el bebé fue entregado a la abuela y abuelo paternos.
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“Desde la desaparición de Litzi y posterior feminicidio, nuestra vida ha sido un calvario de institución en institución, principalmente con funcionarias y funcionarios de la Fiscalía del Estado, quienes nos han revictimizado”, resaltó la madre de la joven Litzi Sarahí de 16 años, quien fue desaparecida y posteriormente asesinada, su cuerpo encontrado en el municipio de Genaro Codina.
El bebé de Litzi apareció en un jardín en el estado de Aguascalientes en buen estado de salud. Los padres de Litzi denuncian que, aunque se dio parte de manera inmediata a la Fiscalía General de Justicia del Estado de Zacatecas (FGJEZ) sobre la desaparición de su hija y su nieto “no activó en ningún momento la Alerta Amber y el Protocolo Alba como es su responsabilidad, según los estándares internacionales en materia de mujeres, niñas y niños desaparecidos”.
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Después de haber sido realizadas diferentes pruebas psicológicas a ambas familias para la guardia y custodia del bebé, las dos resultaron aptas, sin embargo, no sucedió lo mismo con el padre biológico “no obstante que, en la línea de derechos, mi esposo y yo, como abuelos maternos, estamos en primer término”.
La investigación ha sido congelada, expresaron, acompañados del Colectivo por la Defensa de los Derechos Humanos de las Mujeres y Niñas, los padres de Litzi agregaron que a la fecha existen diversas líneas de investigación, mismas que no se han agotado y tampoco se han seguido con seriedad conforme al principio de debida diligencia, además que “durante el embarazo, Litzi estuvo bajo nuestro cuidado”.
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El embarazo de Litzi fue un “embarazo adolescente con toda la violencia que eso implica por parte de un hombre hecho y derecho”, pues Litzi al quedar embarazada tenía 15 años, mientras que el padre 23 años.
“La necesidad económica llevó a mi hija al matadero sin que nadie, ninguna autoridad lo previniera, y cuando pasó investigara”.
Por su parte la abogada Cristela Trejo, dijo que se interpondrá una demanda ante el Tribunal Superior de Justicia del Estado “por la demanda de guardia y custodia provisional y en su momento procesarla como definitiva para los padres de Litzi”.
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