Ojalá la violencia se detuviera con buenos deseos y con abrazos, pero no es así “esto ya está rebasando a las autoridades” advirtió el obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, quien volvió a llamar a un pacto social, en el que incluso los malhechores pudieran entrar, de alguna manera.
Llamó a meditar, a aceptar la realidad de la violencia en el estado de Zacatecas, del sufrimiento, del dolor de nuestra gente.
Los hechos están ahí, apenas se va para el tercer día del mes de julio y ya van más de 15 asesinatos, éstos no se detienen, ojalá se detuviera con buenos deseos, ojalá se detuviera con abrazos, pero ya estamos en otra etapa, en otro momento, que exige acción, y una acción integral y una acción conjunta
Sostuvo que integral se refiere a que hay que seguir atendiendo las causas, pero también todas las manifestaciones, “ya que mucha gente habla de las víctimas de la violencia, y en conjunto se ha estado hablando de la necesidad de un pacto social, no es pacto simplemente con las personas que están haciendo el mal, sino un pacto de toda la sociedad, e incluso los malhechores pudieran entrar de alguna manera”.
El líder católico aseguró que esto ya está sobrepasando a las autoridades, “la solución no es nada fácil, es un problema muy complejo y no requiere soluciones simplistas, hay que buscar respuesta a complejidad, pero solamente la vamos a encontrar si la buscamos juntos, lamentables los hechos de violencia”.
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Sigifredo Noriega Barceló informó que coincidió con el cardenal Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara, quien, al igual que él fue sorprendido por falsos retenes en la zona sur del estado de Zacatecas, se reunieron en San Luis Potosí a recibir al nuevo arzobispo y ahí platicaron sobre eso, “desgraciadamente se ha dado ya en los últimos años, y no solamente en el norte de Jalisco, en el estado de Zacatecas, el sur de Coahuila, Sinaloa, Durango, en todos estos estados hay una forma peculiar de cobro de piso, que es comprar la plaza”.
Reconoció que las formas como se compran van variando, depende de los jefes de los cárteles, depende también de otras circunstancias, "pero ese es un hecho, si antes las plazas las vendía el municipio para una causa, un beneficio común, después las compraron las cervecerías, que se hacían cargo de la organización de la fiesta”.
“Ahora es una buena parte del crimen organizado, no es nada nuevo desgraciadamente, esto se quedaba ahí en silencio, se ha oído decir incluso que a veces hasta convenía más eso para que no hubiera problemas con otros grupos delictivos, que ellos tuvieran la protección, pues es innegable tienen más armas que los mismos policías”.
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