Madres de familia desmienten a autoridades sobre explosión en Río Florido

Aseguran que arrojaron una granada desde el exterior del templo

Óscar Segura

  · lunes 6 de mayo de 2019

Una madre de familia mostró los restos de metal que le retiraron los médicos a uno de sus hijos / Óscar Segura

Luego del incidente ocurrido la tarde del pasado sábado en la iglesia del Sagrado Corazón en la comunidad de Río Florido, perteneciente al municipio de Fresnillo, Zacatecas, en el que debido a una explosión cuatro menores resultaron con lesiones graves, e incluso a uno de ellos le fue amputada una mano, las autoridades municipales y estatales aseguraron que todo ocurrió por pirotecnia manipulada por los niños; los padres de familia de los lesionados afirman que se trató de una granada arrojada desde afuera del templos, pues los médicos retiraron de sus cuerpos trozos de metal.

La Fiscalía General de Justicia del Estado y el gobierno municipal mediante un comunicado dieron a conocer cada uno por su parte, que los menores habían manipulado pirotecnia, provocando la explosión, sufriendo serias lesiones.

Ante esta situación, catequistas y madres de familia, contradicen los dichos de las autoridades y aseguran que todo se debió a la explosión de una granada que fue arrojada desde el exterior del templo.

Así, la catequista Martha Martínez Macías, que en el momento del incidente se encontraba dando clases y cuyo hijo José Emilio Cabrera Martínez se encontraba en el lugar perdiendo tres dedos de su pie por la explosión, aseguró que en el templo no se tiene almacenada pólvora o juegos pirotécnicos, aún y cuando se aproximan las fiestas patronales.

Ellos no andaban jugando con pirotecnia porque estamos al pendiente de ellos, porque incluso papás están dentro de la iglesia y eso lo puedo asegurar.

La catequista declaró a El Sol de Zacatecas que al momento de la explosión, los niños estaban jugando en el patio, cuando observaron un objeto que fue arrojado del exterior "como si fuera una pelota de color entre negro y gris".

Por otra parte, Guadalupe Monreal Román, madre de Brian Gustavo y de Edwin de 11 y 13 años de edad respectivamente, aseguró que ella se encontraba dentro de la iglesia, cuando escuchó un fuerte estruendo y al salir encontró a sus hijos ensangrentados.

A mis niños los operaron de urgencia; a Brian le sacaron pedazos de metal de 10 centímetros y a Edwin su pierna casi la pierde, tienen heridas muy graves.

Daisy Judith Muñoz, tía de Bernardo Gael, menor que perdió parte de un brazo y está en terapia intensiva porque también tiene un hematoma en el cerebro, aseguró que el objeto que explotó fue arrojado desde afuera de la iglesia, afirmó que "la onda expansiva se escuchó hasta comunidades aledañas".

Ante esta situación, las madres de familia exigieron a las autoridades de salud que se les dé atención médica de calidad a los menores y que las autoridades esclarezcan el grave incidente, pues, insistieron, se trató de una granada, no de pirotecnia.