Cada año, miles de fieles católicos zacatecanos se unen en una de las tradiciones más profundas y representativas de su historia religiosa: el regreso de La Preladita al Convento de Guadalupe.
Esta peregrinación, que remonta sus raíces a casi tres siglos de historia, se ha convertido en un evento que conecta a generaciones con la fe, la comunidad y las tradiciones que han dado forma a Zacatecas.
Un recorrido de fe y tradición
La Preladita, una imagen "en bulto" de la Virgen de Guadalupe, con apenas 60 centímetros de altura, inicia su recorrido cada año el domingo de Pentecostés.
A lo largo de los meses, visita diversos templos en la capital zacatecana, siendo acompañada por una multitud de fieles, en su mayoría mujeres, hombres, niños y familias enteras que la siguen con fervor. Este trayecto finaliza el último domingo del tiempo ordinario (una semana antes del primer domingo de Adviento), cuando, con una multitud de devotos, la Virgen es llevada nuevamente al Convento de Guadalupe.
La imagen regresa "a casa", a la cabecera municipal de Guadalupe, donde se encuentra el Convento Franciscano que se erige como su sede espiritual.
En este acto culminante, los fieles son recibidos por el repique de campanas y la solemne entronización de la Virgen, un momento de gran emoción y devoción, hasta el regreso del próximo año.
Orígenes históricos
Los orígenes de esta tradición se remontan a 1704, cuando Fray Antonio Margil de Jesús trajo la imagen de la Virgen de Guadalupe desde Guatemala, durante la fundación del Colegio Apostólico de Propaganda Fide de Nuestra Señora de Guadalupe, hoy conocido como el Convento de Guadalupe.
Sin embargo, fue en 1737, en el contexto de la devastadora peste de Matlazahuatl que azotó Zacatecas, cuando se instauró oficialmente la tradición del traslado de la imagen.
La peste, similar al tifus, cobró numerosas vidas en la ciudad y generó un clima de gran angustia y desesperación entre los habitantes. Fue en este contexto que se solicitó a la Virgen de Guadalupe como una señal de protección para la población.
Ese mismo año, el virrey Antonio de Vizarrón declaró a la Virgen de Guadalupe como Patrona Principal de la Nación, consolidando así su figura no solo en Zacatecas, sino en todo México.
Hoy en día, la multitud que acompaña la imagen cada año demuestra la vigencia de una devoción que, a pesar de los siglos, sigue siendo un pilar en la vida social y espiritual de la región.
Desde su creación en el siglo XVIII hasta nuestros días, la tradición del traslado de La Preladita al Convento de Guadalupe sigue siendo una manifestación de esperanza, fe y unidad para los zacatecanos. Cada año, miles de personas dan testimonio de su devoción, manteniendo viva una tradición que honra la historia y la identidad de Zacatecas.
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