Uno de los pueblos fantasmas de Sombrerete, Zacatecas, es la Noria de San Pantaleón, un sitio en el que escasamente viven cerca de 20 personas, ahí, cada año se celebra a San Pantaleón, el patrono del lugar, pero también a la Santa Muerte, siendo éste, uno de los sitios más importantes y guardianes del culto a ella.
El pueblo de Noria San Pantaleón (La Noria) está situado a 13.7 kilómetros de la cabecera municipal de Sombrerete, que está ubicada a 173 kilómetros de la capital del estado.
Andrés Martínez, guía de La Noria y promotor turístico, aseguró que se trata de uno de los pueblos más viejos del norte de México que data de 1552 y 1556, de explotación minera y gran auge económico en la antigüedad.
Este sitio, es visitado anualmente cada 27 de julio por cientos de personas bajo un contexto místico, esotérico y religioso; algunos van a visitar a San Pantaleón, nombre del santo patrono que llegó entre 1550 y 1600, quien fue médico turco; mientras que, en contraste, otras personas acuden a ser parte del culto a la Santa Muerte.
Culto a la muerte
En Noria de San Pantaleón, el culto a la Santa Muerte se remonta al siglo XX, aunque existen documentos que ubican de forma conceptual a la muerte en 1700.
Con anterioridad, la imagen de la Santa Muerte se encontraba en el templo del lugar y durante el siglo XX se usaba para los viacrucis representando a la muerte de Jesús en la Cruz, pero luego fue tomando su independencia en 1940 posterior al auge de La Noria, e incluso los propios mineros le mostraban respeto y desde entonces empezó a formarse el culto que se hace hasta el momento.
“Aquí en La Noria son pocas personas y la mitad cree en ella y la otra mitad no” dijo Andrés Martínez, al narrar que incluso, la imagen de la muerte que se encontraba en un templo fue sacada por un conflicto con la iglesia católica y custodiada en otro sitio.
El culto fue creciendo con el paso del tiempo y La Noria, ahora es uno de los tres sitios del país que son guardianes del culto a la muerte, al igual que Tepito y Catemaco. Por ello, cada 27 de julio, durante la fiesta patronal, se hace también una fiesta a la muerte, lo que genera un contraste de creyentes.
“La gente la sataniza”
Brenda Lizeth Castillo, desde hace 19 años tiene devoción a la Santa Muerte, comentó que le ha hecho varios favores, aunque asegura que hay que fijarse bien en lo que se le pide, y en lo que se le puede dar.
La gente dice que la Santa Muerte te cobra con un ser humano, pero eso no es cierto
En su testimonio, cuenta cómo a su hermana le diagnosticaron una enfermedad en la cabeza, por lo que a la Santa le prometió que, si salvaba a su hermana, se la iba a tatuar.
Brenda decidió entregarse a ella porque considera que Dios y la Santa Muerte la protegen y le han ayudado en todo lo que pide, e incluso junto con su esposo la alaban, “ella es mi reina, mi niña” dijo.
Al encabezar este culto, comparte su creencia con las demás personas y asegura que cada vez, se unen más devotos.
“La gente la sataniza” refirió, y tienen una concepción negativa, pero resalta que la santa es no es mala y para ella todos somos iguales.
Cuidado y protección
Violeta Ortega, creyente originaria de Fresnillo, Zacatecas platicó cómo nació su creencia, tras pedir a la Santa Muerte por la enfermedad de su hijo, e incluso asegura que ha cuidado y protegido a su familia y les ha hecho múltiples favores.
Aunque ha sido señalada por otras personas por tener estas creencias, invita a la gente a leer e informarse sobre el tema. En su primera vez de visita a la noria, envió un mensaje para que se quiten esos prejuicios, “ella es un ángel porque Dios la puso para que fuera intermediara de nosotros” concluyó.