La violencia sexual de niñas, niños y adolescentes en el seno familiar está legitimada en las zonas rurales de Zacatecas, donde por cultura, costumbre o ejercicio del poder se comete el delito tipificado como incesto, denunció la activista local, Cristela Trejo.
La investigadora de género y defensora de los derechos humanos de la niñez, adolescencia y juventud, alertó sobre la existencia de comunidades rurales donde se da y se calla el incesto, en un estado y país donde el 90 por ciento de las violaciones de menores no se denuncia.
Expuso que la grave problemática la ha detectado a través de varias investigaciones que realizó recientemente, en las que comprobó que es “costumbre” violentar sexualmente a las y los menores de edad en sus propios hogares y por sus familiares.
Como ejemplo, refirió El Lampotal y Santa Rita, pertenecientes al municipio de Vetagrande, así como algunas comunidades de Pinos, ubicados a 15 minutos, el primero, y a dos horas, el segundo, de esta ciudad capital.
La entrevistada aclaró que el incesto en las comunidades rurales es una problemática que se vive en todo México y Zacatecas no está exento de ese delito, que se comete cuando se practican relaciones sexuales entre personas relacionadas por la consanguinidad.
Sus estudios muestran que niñas y niños son afectados en igual medida por el incesto; sin embargo, las primeras son más vulnerables por la posibilidad de embarazo, aunque ambos están en riesgo ante las enfermedades venéreas.
Trejo lamentó la naturalización que se da a la práctica del incesto, lo que ha terminado legitimándolo en las comunidades rurales, donde se oculta y, como no se denuncia, se convierte en una conducta que se replica, cuyo número de casos de ese ilícito aumenta, en una escalada que nadie detiene.
Para sustentar sus declaraciones, la activista se remitió a estudios de organizaciones internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), que señalan que cada cinco minutos una niña, niño o adolescente sufre violencia sexual en el mundo.
También está comprobado que el abuso y violencia sexual se cometen principalmente en los hogares y por el círculo cercano, de ahí que resaltara que no existen estadísticas confiables sobre número de casos, pues sólo el 10 por ciento se denuncia y el resto son las llamadas cifras negras.