Al Santo Niño de Atocha, que tiene su santuario en la comunidad de Plateros, ubicada en el municipio zacatecano de Fresnillo, se le rinde un culto muy especial. Este santuario está entre los tres más visitados por los fieles católicos, sólo después de la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, y el de San Juan de los Lagos, en Jalisco.
El Santo Niño de Atocha representa a un niño de entre ocho y 10 años de edad, con sombrero ancho rematado en plumas, lleva en su mano izquierda un báculo y un guaje, y en la derecha una pequeña canasta.
Cada uno de los habitantes de Fresnillo tiene una historia que contar sobre el Santo Niño de Atocha, y el actual senador de Morena Ricardo Monreal no es la excepción, pues en las últimas horas envío un tuit en el que agradecía al Santo Niño de Atocha. “Con agrado y alegría, le informo a toda la población que estamos con la senadora @CitlaHM y, gracias al Creador del universo y al Santo Niño de Atocha, ella se encuentra fuera de peligro”, escribió en el microblogging el Coordinador de Morena en el Senado de la República.
Incluso, Mario Vargas Llosa sostiene, en un artículo de opinión en un periódico argentino, que Pablo Escobar, "era católico practicante y muy devoto del Santo Niño de Atocha".
No se tiene una fecha exacta de cuándo llegó la imagen del Santo Niño de Atocha a Plateros; inlcuso, el periódico “El peregrino de Atocha”, que publicaban los Padres Josefinos, encargados del santuario en la década de los años 70, se reconoce esa falta de información: “Ignoramos también desde cuándo los católicos mexicanos comenzaron a tributar culto especial a la pequeña pero simpática imagen del Santo Niño de Nuestra Señora de Atocha”.
Según la tradición, el Santo Niño de Santa María de Atocha, fue regalado por el marqués de San Miguel de Aguayo, propietario de minas en Plateros. La figura del niño se encuentra en el altar mayor, al pie de del Santo Cristo de los Plateros, desde 1829.
Los primeros testimonios de milagros hablan sobre un hacendado que no logró conseguir peones que ayudaran a segar su trigo, y fue auxiliado por un pequeño mozo que dijo llamar Manuel de Atocha. El hombre, en agradecimiento puso unas espigas de trigo doradas en las manos del niño, mismas que conserva hasta la fecha.
Los milagros del Santo Niño de Atocha son innumerables y sería difícil de poder enlistarlos, muchos de ellos se han propagado de manera oral, es decir de boca a boca. Plateros, al ser un pueblo minero, muchos de los milagros se centran en ellos, en los mineros que piden al Santo Niño -como también se le conoce- para salir bien librados en la labor que realizan bajo tierra.
Uno de los milagros más comentados es el que le ocurrió a Mariano García en 1837, el minero fue golpeado por una piedra en la cabeza disparada por un barreno y lo tiró al suelo, comenzando a sangrar por la cabeza, nariz y boca. Invocó al Santo Niño de Atocha y al poco tiempo estuvo sano.
Ricardo Monreal es un ferviente creyente del Santo Niño de Atocha, y en varias ocasiones ha demostrado su devoción al Santo Niño. "Dios es grande, y el Santo Niño de Atocha, también", dijo en alguna ocasión, también con su familia asiste a misa en el santuario o participa en peregrinaciones.