Una exaltación del espíritu, de la que es testigo la religión creyente de las águilas, el maíz, ciervos y el peyote, se une en sagrado matrimonio a dos personas que se aman. Así es la tradicional boda huichol o ceremonia wixárika, que ha dado identidad a un pueblo y a una cultura, de las más arraigadas de México.
Con la esperanza de que la filosofía huichol prevalezca con su propia concepción del mundo, este tipo de rituales se han convertido en uno de los eventos que –pese a su corto tiempo de difusión ante la sociedad zacatecana- ha captado la atención de propios y extraños .
Cientos de bodas ha dictado Juan Ortiz de la Cruz, miembro de la cultura wixárika de la comunidad de San Andrés, Jalisco, él es Marakame (también conocido como chaman), y hace uso de sus poderes de sanación de alma, cuerpo y espíritu para unir en matrimonio a aquellos que así lo desean.
Ritual étnico, de los más arraigados
La boda huichol es un ritual privilegiado, que data desde las más antiguas actividades reales, en donde la pareja se une en matrimonio.
“Esta cultura no es del año pasado, es una cultura antigua de generaciones y herencia, y nunca lo hemos olvidado” dijo Marakame, al explicar, que para poder ejercer como sanador se requiere de más de 20 años de ofrendar a los dioses y acudir a lugares sagrados.
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Para consagrar a los esposos, se tiene a la naturaleza como centro; los novios deben usar prendas originales wixárikas, se les ofrecen alimentos benditos y se hace una limpia que dura entre 30 y 40 minutos, en donde la pareja es bañada en humo de copal, bajo las plumas de águila y agua se les retira las malas vibras.
“La limpia atrae la buena energía, fuerza, todo depende del olor que tenga la persona, su mente corazón y cuerpo”.
La mujer representa la fecundidad, el cuidado y la alimentación por medio de una jícara y maíz, mientras que el hombre, a través de una vela y una flecha expone la protección y el cuidado a su familia.
Ante la abundancia de una unión positiva, y tras los consejos del chaman, culmina la boda en una danza con la participación de típicos violinistas del grupo huichol.
La mejor cultura conservada en México
Para el antropólogo Rogelio Hernández, quien desde hace 17 años trabaja en la investigación de estas costumbres huicholas, en especial, las de la comunidad de San Andrés y sus alrededores, -uno de los grupos más grandes que existen en todo México con 4 mil 100 kilómetros cuadrados- se trata de una de las ceremonias más conservadas en nuestro país.
Dentro de su experiencia, comparte que la ideología de este sector siempre se ha mostrado hermética, por lo que han podido conservarla durante siglos, al ser una de las 10 mejores culturas étnicas consagradas, con gran riqueza cultural.
Centrándose en sus conocimientos de la naturaleza, filosóficos, psicológicos y humanistas, sus rituales con el peyote, que dejan ver aspectos de su mitología y lo que abarca su cosmología, apunta que son personas sabias, sobre todo los Marakames.
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Y aunque su procedencia no está clara, se sabe que los huicholes vienen desde la época de la conquista; muchos tienen hipótesis y teorías que son del norte, otros del sur, y que tras el recorrido del Estrecho de Bering se refugiaron en la sierra. Pero se sabe que son de origen prehispánico, antes de la llegada de los españoles.
En México existen cuatro comunidades las que abarcan la región wirrárika, aproximadamente son 60 mil huicholes en toda su extensión –según el censo- que habitan Nayarit, Durango, Jalisco y parte de Zacatecas.
Un producto turístico
Las bodas huicholas, pese a su antigüedad, se ha convertido en un producto turístico en Zacatecas de reciente creación que promueve esta cultura y sus tradiciones.
Blanca Ortega Magallanes, organizadora de eventos corporativos, con la ceremonia wixárika ha creado una propuesta que se desarrolló desde hace un año y que ganó el concurso del tercer encuentro de producto turístico en la Secretaría de Turismo del estado.
“Más allá de conocer sus artesanías, hay que fomentar su raíz y cultura” dijo, por lo que parte de su concepto es presentar la boda huichol ante los de casa y turistas para que se puedan casar mediante estas creencias.
Cada semana, en los Conos de Santa Mónica, Guadalupe, Zacatecas, se prepara un espacio para que el chaman pueda consagrar a las parejas que acudan y quieran casarse bajo este ritual. “La idea es que vivan esta experiencia realmente como se hace en las comunidades huicholas”.
Ha tenido extraordinaria aceptación, sobre todo por los visitantes, e incluso ya se inscribió para concursar en una convocatoria turística en Madrid, España, de la cual se esperan buenos resultados, con la intención de seguir posicionando a Zacatecas a nivel internacional con su riqueza a través de la cultura, y apoyar y promover a las comunidades huicholas.
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