Francisco Javier Salazar Moreno es propietario de “La Fe”, negocio de compra venta de chatarra ubicado en la colonia La Fe de Guadalupe. La coincidencia crece al tomar en cuenta su devoción al santo patrono de las causas imposibles, San Judas Tadeo, cuyo templo visita cada 28 de octubre, tras en un recorrido de 68 kilómetros que realiza a pie desde la capital del estado hasta el municipio de Villanueva.

La profunda fe de Francisco Javier lo une a los más de 30 mil peregrinos que llegan al santuario más visitado del estado -despues de Plateros- el cual fue fundado en el siglo XVII; lo hace para agradecer los favores recibidos en una extenuante caminata que dura hasta 17 horas.

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Hace ocho años enfrentó graves problemas económicos cuando tenía a sus hijos pequeños y fue ahí cuando recordó que su madre, Dominga Moreno tenía en la sala un cuadro grande de San Judas que tenía escrito: "Abogado de los casos difíciles y desesperados".

Toda la familia le rezaba a San Judas, por lo que decidió también encomendarse; al poco tiempo su problema se solucionó.

"Yo le pedí mucho, porque estaba recién casado, con mi esposa, mis hijos pequeños y teniamos una situación económica muy dificil, yo andaba deseperado y ma acerqué a San Judas Tadeo pidiéndole que me ayudar y sí lo hizo".

Entonces decidió empezar a ofrecer reliquia como pago por el favor, sin embargo al ver la poca fe de las personas que asistían, quienes no participaban en la misa ni en los rezos, decidió comenzar a peregrinar a Villanueva.

Javier lleva seis años participando en la peregrinación quesale de la iglesia de la Sagrada Familia, de la avenida Cinco Señores en la capital. "Me aviento la peregrinación en dos jornadas: una noche caminamos hasta Malpaso, salgo el 26 de las 11 de la noche, llegamos, se descansa, algunas personas regresan a sus actividades y al día siguiente continúa uno de donde se queda hasta llegar al templo".

Salas Moreno mencionó que el día 28 al llegar a Villanueva con el cuerpo muy adolorido, "nos recibe el sacerdote, llego cansadísimo destrozado, apenas me puedo sentar en las bancas y cuando se termina la misa ya no me duele nada. No siento ni la desvelada, es algo muy bonito".

Aparecidos en el camino

Al iniciar su peregrinaje, Francisco Javier tenía 43 años. Desde entonces se ofreció a cargar las almas de las personas que por alguna razón no hubieran podido concluir su peregrinaje y fallecieron.

No obstante, señaló que nunca le ha ocurrido que alguna persona se le suba encima para que la lleve cargando hasta el templo; aunque en ocasiones oye silbidos de personas que lo llaman, voltea y no hay nadie.

En otra ocasión, escuchó a una persona que parecía estaba respirando con dificultad, volteó y vio alguien recargado sobre un costado de la carretera, a la orilla del puente; sin embargo, al preguntarle que tenía, la persona solo inclinó su cabeza y no le contestó, nunca supo quien era.

En otro año, cerca del panteón de Malpaso escuchó la musica una danza tradicional, pero alumbró con su lámpara y en la dirección del sonido no hubo nada.

Opina que para participar en la peregrinación es necesario tener fe y voluntad, "porque todo esto es algo muy bonito, hay gente de 80 años que parecen cansarse menos que uno… San Juditas no le falla a nadie”.

También en bicicleta

Marco Antonio Escobedo Rentería, organiza cada año en conjunto con el "Club de Amigos Ciclistas" la peregrinación ciclista Zacatecas-Villanueva, que este año cumple 23 años de realizarse en honor a San Judas Tadeo.

Escobedo Rentería señaló que su fe en este nació desde que su madre, Alicia Rentería se trasladaba a pie hasta Villanueva para agradecer los muchos favores recibidos por su familia.

Ahora, en agradecimiento también de la salud y bendiciones recibidas, así como de los milagros de salud y económicos que ha obtenido, participa en esta carrera ciclista, en donde la empresa de gruas de su propiedad es patrocinadora.

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Originalmente participaban de 300 a 400 ciclistas, sin embargo en la pandemia, la afluencia disminuyó a 100, "esperamos que lleguen de 300 a 350 personas" este año, quienes salen de la gasolinera que se encuentra después de la presidencia municipal a las 08:30 y llegan a Villanueva a las 13:00 horas.

Con la fe tatuada

Ana Vázquez es una de las miles de devotas que tiene San Judas Tadeo, aunque ella no acude hasta Villanueva, en el municipio de Guadalupe cada año reparte imágenes de San Judas Tadeo como agradecimiento por mantenerla con salud y librarla en dos ocasiones de un posible diagnóstico de cáncer.

"Mi San Juditas me ha hecho muchos milagros. Un día me encontré una bolita en el pecho y una enfermera me dijo al instante que era cáncer, fui al seguro y me mandaron a hacer un ultrasonido y yo le pedí mucho a San Juditas que no fuera nada grave y le dije que si me hacia el milagro me tatuaría su imagen, y gracias a Dios y a San Juditas, solo tenia fibrosis".

En agradecimiento al milagro recibido, Ana lleva la imagen de San Judas tatuado en su espalda. Pero su fe se reforzó cuando poco después al hacerse el papanicolau le dijeron que había salido mal, por lo que le volvió a pedir ayuda al Santo de la causas difíciles, y su llamado fue escuchado.

Por ello, ahora lleva la oración de San Judas tatuada. "Yo no le hago reliquia, compro imágenes en bulto y las regalo, creo que así lo conocen más".

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