Entre la normalización de la violencia y una tensa calma, transcurre la vida en Calera de Víctor Rosales un día después de que se dio el último adiós a los seis policías masacrados en la unidad deportiva del mismo municipio.
Contrario al anuncio del gobernador de Zacatecas, David Monreal y del alcalde Ángel Gerardo Hernández, de reforzar la vigilancia con el apoyo de corporaciones estatales y federales, durante el mediodía y parte de la tarde de este viernes, El Sol de Zacatecas no registró la presencia de policía alguno durante recorridos hechos por la cabecera municipal.
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Una oficial de tránsito que vigilaba uno de los cruceros más céntricos fue el único agente de seguridad con uniforme que hizo acto de presencia en el primer cuadro de la cabecera municipal, ubicada a sólo 20 minutos de la capital de Zacatecas.
“Hace ratito yo sí vide nada más dos camionetitas de la policía metropolitana que pasaron por ahí”, dice Néstor, exmigrante de 70 años mientras descansa en una banca de la plaza principal, frente a un gran moño negro colocado en el palacio del Ayuntamiento.
“Antes podía andar a las dos o cuatro de la mañana y muy a gusto andaba uno, pero ahorita no (...) ahorita está feo, uno no sabe las personas en qué carajos andan”, dijo justo a unos pasos donde se rindió un homenaje de cuerpo presente para los oficiales asesinados.
Sobre el anuncio hecho por autoridades estatales y municipales de blindar el municipio, Néstor opinó que prácticamente todos los gobernantes actúan de la misma forma, incumpliendo sus promesas.
La evidente falta de vigilancia no detuvo la actividad económica y social de Calera. La mayoría de las tiendas permanecieron abiertas, los puestos de birria de cordero tenían comensales en plena banqueta y a ratos se formaba una larga fila en el puesto de vacunación antirrábica que lleva desde el domingo afuera de la parroquia de Nuestra Señora del Consuelo.
Crónico déficit de policías
La dirección de seguridad pública de Calera se quedó con sólo 23 oficiales en activo luego del ataque armado ocurrido la mañana del miércoles, donde murieron seis y tres quedaron lesionados por arma de fuego, de estos últimos aún se desconoce cuándo regresarían a sus labores.
El presidente municipal Ángel Gerardo Hernández anunció que será hasta el martes 4 de octubre cuando el cabildo de Calera defina quién será el nuevo director de la corporación, luego de que su titular Rafael González Valdez fue una de las víctimas mortales. Además dijo que seguirá abierta la convocatoria para reclutar más policías, la cual fue lanzada desde inicios del 2022.
Antes de los asesinatos recientes, el municipio ya sufría un fuerte déficit de policías, pues sólo disponía de 32 efectivos para una población de 45 mil 759 personas de acuerdo con el último censo del INEGI. Su cabecera es la quinta ciudad más poblada del estado. A cada policía municipal en activo, corresponde cuidar a casi dos mil habitantes.
La ubicación de Calera es estratégica; cuenta con el único aeropuerto del estado y se ubica justo entre las dos de las zonas urbanas más grandes, Zacatecas y Fresnillo, las cuales tienen 234 y 120 policías municipales respectivamente.
A decir verdad, todo el estado de Zacatecas padece un déficit de 55 por ciento en policías estatales y municipales con base en el estándar de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ello de acuerdo con el informe que presentó el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, en la última visita que realizó a la entidad el presidente Andrés Manuel López Obrador, el 9 de septiembre.
Hasta inicios de este mes, había un total de dos mil 187 policías para una población de un millón 622 mil 138 habitantes, mientras que para alcanzar el promedio recomendado por la ONU debería contar con por lo menos cuatro mil 866 elementos.
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