"El milagro más grandote es tener vida, salud y trabajo. Todos los años, desde que vamos a visitar a ‘San Juditas’ no nos ha faltado en todo el año", manifestó Catalina Contreras Escobedo, quien venera al santo de los casos difíciles y desesperados y quien con su familia y la de su esposo se traslada en peregrinación desde Zacatecas hasta Villanueva cada 28 de octubre.
Catalina y una veintena de familiares año con año salen con la bendición del sacerdote de la iglesia de la Sagrada Familia en la capital de Zacatecas; ellos son solo algunos de los miles de peregrinos que se trasladan a celebrar a San Judas Tadeo a la parroquia de Villanueva.
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Aunque Catalina a la fecha no le ha pedido un milagro en especial al santo patrono de las causas difíciles, asegura que vivió uno muy especial, debido a que estuvo a punto de perder los dedos de una mano a consecuencia de un machetazo que por accidente se propinó, por lo que su hija le prometió a San Judas Tadeo que acudiría a Villanueva y entregaría reliquia en su honor a los peregrinos.
La mujer muestra su mano, que no tiene ninguna marca y asegura que fue el santo de los casos difíciles y desesperados el que le cumplió el milagro a su hija y por lo que ahora ella tiene su mano completa.
Mientras trabaja en un local en el centro de Zacatecas en donde vende gorditas, Catalina muestra orgullosa la imagen de San Judas Tadeo, quien se encuentra colocado en una especie de alcancía y en donde pide cooperación económica para poder ofrecer comida a los peregrinos el 27 de octubre.
Y es que, desde hace 12 años, acompaña a su esposo Juan Betancourt a ofrecer la caminata en honor a San Judas Tadeo, además de que entregan comida a los peregrinos, además de que se preparan con playeras para toda la familia con la imagen del santo en mención.
Según reportes oficiales, unos 30 mil peregrinos llegan año con año hasta el templo de San Judas de Villanueva, fundado en el siglo XVII y algunos de ellos participan en una caminata que dura 17 horas desde la capital zacatecana.
En el caso de Catalina su fe despertó desde su niñez al ver a su madre que cada año le encendía una veladora y le rezaba sus rosarios, por lo que dicha fe fue creciendo y cuando se casó decidió acompañar a su esposo en sus caminatas cada 27 de octubre, ya que parten de la iglesia de la Sagrada Familia después de recibir la bendición en la misa, para llegar el 28, día en que se celebra al santo patrono de Villanueva.
Es una emoción muy bonita, para nuestra familia es muy importante porque vamos a ver a San Judas con mucha fe. Sí hay seguridad en el camino, los celadores están al pendiente en caso de que alguien se canse. Les ofrecen pomada, pastillas o lo que se les ofrece.
Por su parte, Julia López, quien visita el templo de San Judas Tadeo desde hace cuatro años, al que acude sola, mientras que su familia la espera en la cabecera municipal, refirió que en cada ocasión es testigo de milagros que ocurren.
Uno de esos milagros fue el encontrarse con una mujer que se llama Sonia igual que su mejor amiga. “Ella estuvo conmigo durante todo el camino, pero me llamaba la atención que no comía ni se hidrataba. Al llegar a Villanueva nos esperaba mi hijo y la trajimos de regreso a Zacatecas. Le dije que la llevaríamos a su domicilio, pero ella se negó y el número telefónico que me dio no existía”, refiere la mujer visiblemente emocionada.
En el municipio de Río Grande, al norte del estado, la devoción a San Judas Tadeo está muy arraigada y aumenta conforme pasa el tiempo.
En el Barrio Olímpico, donde se encuentra el templo en honor al San Judas, se lleva a cabo un gran festejo, que inicia con las 'mañanitas', celebraciones eucarísticas, danzas y hasta una quermés, con antojitos mexicanos.
