En corporaciones como la Guardia Nacional y la Policía Municipal de Zacatecas, hay grandes ejemplos de madres valientes que diariamente arriesgan la vida para recuperar la paz social y construir un futuro más seguro para sus hijos.
Madres inquebrantables en la Guardia Nacional
Con más de 10 kilogramos en equipo táctico, cargadores y un arma larga, Jaqueline carga también con la responsabilidad de ser una elemento de la Guardia Nacional (GN) y así, todos los días sale a la calle para salvaguardar la seguridad de los fresnillenses a pesar de que ello implique sacrificar un tiempo valioso que podría dedicar a su hijo pequeño.
Como ella, hay 147 mujeres, de las cuales 85 son madres de familia al servicio del destacamento de la GN en Fresnillo, municipio con la mayor percepción de inseguridad en el país.
Otro ejemplo es el de Luz Fernanda Garnica Flores, de 22 años de edad, originaria del estado de México. Desde que hace dos años ingresó a las filas de la corporación, han sido muy pocos los días que ha podido ver a su hijo: "Es difícil ser parte de la institución porque por la distancia me es complicado ver a mi familia; por cada dos meses de trabajo, me facilitan sólo algunos días para estar con mi hijo".
Consciente de saber que en cualquier momento pudiera perder la vida, la oficial Brenda Graciela Martínez, pensativa cuenta que ha participado ya en dos operativos en los que ha estado cerca de perder la vida a manos de la delincuencia: "En dos años y tres meses que tengo como elemento de la Guardia Nacional me han tocado dos enfrentamientos armados en los que he salido bien librada".
Estar en una corporación integrada en su mayoría por hombres, para Jacqueline Arellano es uno de sus mayores logros: “Nos tienen por ser el sexo más débil, pero no es tanto de sexo ni de género, sino de agarrar el valor de dónde sea y decir: sí puedo y lo demuestras".
Aunque se pensaría que los superhéroes solo son de ficción, para el hijo de Jacqueline, su madre es ese personaje que quiere ser cuando sea grande: “Tengo un niño chiquito y soy su ejemplo a seguir porque dice que si yo puedo ser fuerte, él también y dice que soy su héroe favorito”.
Lorena, policía municipal, nunca renunció al sueño de portar el uniforme
Convertirse en mamá le dio a Alma Lorena Carrillo la motivación para hacerle frente a la vida, aunque por 16 años, la maternidad la alejó de cumplir su sueño de llevar un uniforme y una placa, nunca renunció y hoy forma parte de la Policía Municipal de Zacatecas.
Lorena nació y creció en el municipio de Guadalupe; estudió la carrera de Diseño de Modas, lo cual finalmente no pasó de ser sólo un pasatiempo, pues su verdadero sueño siempre fue ser policía: “Siempre me llamó la atención el servicio, la justicia, soy una mujer justa y cuido que cada quien tenga lo que se merece y se respeten sus derechos”.
Este deseo se reforzó cuando Lore, como le dicen sus allegados, se enamoró de un elemento del Ejército Mexicano, quien la motivó a perseguir sus sueños de servicio, sin embargo, el amor de pareja alimentó también los deseos de ser madre y a los 21 años dio a luz a su primer hijo.
Intentó entrar en la milicia, pero su prioridad siempre sería cuidar a su hijo: “Me enfoqué en él, pero nunca dejé de tener esa otra aspiración”. Con 26 años de edad, Lorena tuvo a su segundo bebé, una niña.
Transcurrió más de una década, y al cumplir 37 años, en el 2021, se convirtió en efectiva de la Policía Municipal de Calera, en octubre del 2022 ingresó a la Policía Municipal de Zacatecas: “Yo me propuse hacer algo y lo estoy logrando y es un ejemplo para que mis hijos se esfuercen por lo que quieren y digan: mi mama pudo nosotros vamos a echarle para adelante”.
“Mis hijos temen que algo me pase”
Lorena compartió que el temor de sus hijos es que, en el cumplimiento de su deber, resulte lastimada o pierda la vida. Incluso le pidieron que se retirara cuando, en septiembre del 2022, ocurrió la masacre de seis elementos de la policía de Calera.
Sus temores y los de sus hijos la han hecho pensar en renunciar a su sueño, “quizás por un momento todos hemos dicho que esto no es para nosotros, pero después de todo piensas, ¿cómo no? si yo luché por esto, para esto nací”.
Afirmó que lo más importante que quiere enseñar a sus hijos es que todos deben trabajar para responder a su verdadera vocación: “Hay que esforzarnos para hacer lo que nos gusta, saber identificar donde podemos aprovechar nuestras virtudes, que así como yo luché por lo que yo quería lograr, ellos luchen por sus sueños”.
║ Con información de Óscar Segura | El Sol de Zacatecas
