Para Virginia de la Cruz no basta con solo destituir a dos funcionarios de la Fiscalía del estado de Zacatecas, por la negligencia de haber mantenido el cuerpo de su hijo José Alejandro en el complejo forense durante 218 días, a pesar de que había una denuncia por su desaparición, así como retratos y muestras de ADN: “Yo pido justicia, yo no quiero que se quede esto impune, no es suficiente”.
A unos pasos de cuatro veladoras encendidas y los retratos de su hijo José Alejandro y de su yerno –desaparecido hace tres años- colocados en el centro de la sala, exige que los funcionarios hagan bien su trabajo: “No quiero que esto se quede así, ¿cuántas madres no habemos en esta situación?”.
Esta madre del municipio de Guadalupe, hizo público su caso el pasado jueves, cuando irrumpió en el Congreso del Estado donde se desarrollaba un foro de consulta con la presencia de diputados. Dos días después, la Fiscalía informó, a través de un comunicado, sobre la remoción de los dos funcionarios de nivel titular y directivo de la Dirección General de Servicios Periciales.
Al interior de su hogar, donde por la tarde aún se reza el novenario por el eterno descanso de José, Virginia declaró a El Sol de Zacatecas que el fiscal general de justicia, Cristian Paul Camacho Osnaya solo busca “limpiarse las manos” con dicho anuncio y también dando la excusa, públicamente, de que ella tardó demasiado en presentar la denuncia por la desaparición:
Ahora sale el fiscal diciendo que me tardé 16 días en denunciar… pues tantito peor porque yo me presenté el 9 de diciembre (del 2023), y les llegó el cuerpo desde el 30 de noviembre ¿Cuánto tenía allí mi criatura? Tenía diez o nueve días allí, cuando yo asistí allí ya lo tenían, entonces es tantito peor.
Recuerda que, en esa fecha, un oficial de la Fiscalía la llevó hasta el complejo forense donde le tomaron las muestras de ADN, entregó las fotografías de José, y dio su número de teléfono para que le avisaran en caso de tener noticias, pero el aviso nunca llegó. Fue hasta el 5 de julio cuando, por iniciativa propia, volvió al Semefo y le dijeron que había un cuerpo con las características de su hijo.
Criticó que, a raíz de su caso, ahora el fiscal esté anunciado en medios de comunicación que sí hay buenos resultados en identificación y entrega de cuerpos, cuando a ella le ocurrió lo contrario.
Insiste en que no había pretextos para no haberle informado, desde el primer momento, que ya tenían el cuerpo de José: “Estaba reciente, estaba reconocible todavía, acabado de morir el 29 de noviembre y ellos lo recibieron al día siguiente”.
A estas alturas, ya no tiene muy claro el número de veces que fue al Semefo durante esos siete meses de calvario. Una de esas ocasiones, asistió en vísperas de la Navidad:
Dije, yo no puedo estar sin mi hijo en estas fechas, necesito ir, y lo mismo me dijeron: no tenemos ningún cuerpo que se parezca al cuerpo de su hijo.
Con llanto, pero con la voz firme, Virginia relata: “Mi dolor nomás estaba aquí en la cabeza: ¿dónde tendrán a mi hijo?, ¿comerá?, ¿lo estarán martirizando?, ¿qué le estarán haciendo a mi niño?, eso yo traía en la cabeza aquí todo el tiempo, entonces no se vale, pero este güey se quiera justificar diciendo que la denuncia la hice hasta el día 9 de diciembre, pues tantito peor”.
Investigaciones
A través de un comunicado publicado este fin de semana, la Fiscalía dio a conocer la destitución de funcionarios y reconoció “una falta de coordinación y comunicación entre las unidades involucradas y desde luego, una falta de supervisión y diligencia de mandos y funcionarios responsables”.
Además, informó que están en curso dos investigaciones: una administrativa por “las irregularidades en el actuar de los servidores públicos” y otra penal “por el homicidio calificado en perjuicio del joven José”.
Virgina también espera avances en la investigación por el asesinato y asegura que su hijo era un hombre trabajador que se dedicó a la jardinería, a la carpintería y a la herrería, siendo este el último oficio que desempeñó hasta el día en que fue privado de la libertad.
Supuestamente fue de allí de donde lo recogieron, pero yo no sé si sí llegó a su trabajo, no sé, pero él estaba en jardines de Sauceda trabajando en una herrería.
José Alejandro era su principal compañía y sustento, ahora solo tiene a sus nietas y a su hija, cuyo esposo se encuentra desaparecido desde hace tres años. Virgina exige a la Fiscalía que no se detenga la búsqueda de su yerno y de tantas otras personas desaparecidas.
Según datos de la Fiscalía, durante el primer semestre del 2024, se abrieron 601 carpetas de investigación por casos de personas desaparecidas y no localizadas en el estado de Zacatecas.
“Hay más responsables”
Virginia insiste en que no basta con haber destituido a dos funcionarios, pues acusa a varias trabajadoras del Semefo de ser las culpables directas de la negligencia.
“Cuando yo llegué el día 9 (de diciembre) ¿Por qué no checaron las fotos que tenían de mi hijo?, ¿por qué no las checaron? ¿Por huevonas o por estarse revolcando con los pinches jefes? ¿Por eso no tuvieron tiempo? No hay justificación allí”
Al respecto explicó que el día en que reconoció a su hijo -5 de julio- las trabajadoras estaban distraídas “en el pinche teléfono” y alcanzó a ver a una de ellas “aplastada arriba de uno de los trabajadores”. Al preguntar quién era el sujeto, le comentaron “es un jefe de aquí”, quien, al percatarse de su presencia, se retiró del lugar.
Cuestionó al fiscal:”¿Allí las va a dejar para que sigan haciendo lo que quieran? Que también cheque a sus malditas trabajadoras, que tiene allí”.
Mañana lunes, la madre asistirá a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas para interponer una queja formal por las negligencias de las que fue víctima. Cabe señalar que dicho organismo, inició desde el pasado jueves una queja de oficio por el mismo caso.
Virginia dijo reconocer el peligro al que se ha expuesto por denunciar públicamente a las autoridades, pero insistió: “Yo no quiero dinero, yo no quiero nada, pero que se haga justicia, pinche personal, vale madre ahí”.
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