Sigue sin ser restaurada la mitad de las tumbas destruidas hace un año en el panteón La Purísima, lugar que fue declarado Zona de Monumentos Funerarios, debido a la relevancia histórica de sus esculturas, relieves y mausoleos.
Entre enero y febrero del 2023, sujetos no identificados destruyeron cruces de cantera, esculturas y lápidas de más de 170 tumbas ubicadas en el también conocido como “panteón de los ricos”.
Raquel Ciceley Toribio Rivas, titular de la Junta de Protección y Conservación de Monumentos y Zonas Típicas del Estado de Zacatecas, informó que se lleva un avance de sólo el 50% en la restauración.
La funcionaria reconoció que “muchas de las familias fueron las que se hicieron cargo de arreglarlas”, bajo la supervisión de la Junta.
“Los trabajos no han avanzado como se quisiera por falta de personal, pero se ha tenido apoyo por parte de la escuela de restauración y estudiantes de arquitectura”, comentó.
En entrevista insistió en que es necesario instalar cámaras de videovigilancia en La Purísima y en el cercano Panteón de Herrera, además se seguirá trabajando en colaboración con la Presidencia Municipal para vigilar el espacio.
Recordó que La Purísima tiene muchas criptas en donde ya no hay ataúdes y solo hay basura, siendo saqueadas de forma constante e incluso, “hay quienes roban los esqueletos”.
Desde el mes de febrero del 2023, este medio constató la destrucción de decenas de tumbas de la primera mitad del siglo pasado y, al menos cinco tumbas cuyas fechas inscritas apenas legibles, van de 1870 a 1898.
Falta reglamento
Ciceley Toribio anunció que este año se publicará por primera vez un reglamento de protección para los panteones, lo que permitirá no sólo salvaguardar el patrimonio, sino además promover la conversación preventiva.
El decreto que declara a La Purísima como Zona de Monumentos, publicado el 16 de enero del 2016 establece que las autoridades deben tomar las medidas de protección para que no sufra modificaciones, además de exhortar a que sea difundida su riqueza histórica y cultural.
Los panteones no sólo están amenazados por el vandalismo, sino también por una mala administración municipal.
En anteriores administraciones, los encargados de La Purísima revendieron lotes de las tumbas antiguas, que ya no eran visitadas, lo cual va en contra de la declaratoria de Zona de Monumentos.