Las sombras de muerte y las tinieblas de las mentiras no tienen la última palabra

El obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló envía su mensaje del Nuevo Año

  · domingo 1 de enero de 2023

El obispo de la Diócesis de Zacatecas, monseñor Sigifredo Noriega Barceló envió su mensaje de Año Nuevo a la feligresía católica. / Cortesía | Diócesis de Zacatecas

2022: Gracias y perdón

2023: Esperanza y paz

Les saludo en el espíritu de Navidad.

Abrazo a su familia y a las personas que los acompañan al terminar el año 2022 e iniciar el año 2023.

Les deseo salud y paz, la paz necesaria, en casa y en los caminos que recorren diariamente.

Otra vez tenemos la oportunidad de detenernos para reflexionar lo vivido durante el año que termina y mirar hacia el horizonte amplio de la esperanza en el año nuevo que, en unas horas, abre sus primeras páginas.

1. ¿Cómo hacer presente la experiencia de vida que nos deja el año 2022? Detengámonos y miremos serenamente el día a día de lo vivido. Personas y acontecimientos, sucesos cercanos y asuntos globales; todo nos ha dejado algo... Lo más cercano aconteció en casa, en familia; más allá, con amistades, compañeros, vecinos; en el entorno social como ciudadanos y habitantes que pisan un mismo suelo. El balance puede variar de acuerdo a si nos hicimos cercanos o nos alejamos mirando hacia otro lado.

2.A todos nos ha afectado la inseguridad que causa la violencia y las violencias, también las políticas que minimizan, polarizan y dividen. Las secuelas se confunden con las causas; se manifiestan en pobrezas varias, desconfianza, desesperanza, incertidumbre, desánimo, miedos, relaciones humanas frágiles, tejido social enfermo, y muchas otras formas. La visión oficial de las realidades pareciera muy distante de lo que realmente hemos vivido y estamos viviendo. Tenemos que corregir...

3. Al terminar el año es necesario volver a casa, a la casa interior, la de la conciencia ética y moral. Reconocer lo vivido y aceptar la responsabilidad de las propias decisiones es camino de sabiduría y cimiento de una esperanza posible y realizable. El cristiano sabe, por su fe en el Señor Jesús, que las negatividades, las sombras de muerte y las tinieblas de las mentiras no tienen la última palabra, ni deben marcar el ritmo del tiempo y el compás de nuestra existencia. Al mismo tiempo que pedimos perdón por nuestras comisiones y omisiones, demos gracias por los bienes recibidos, los aprendizajes y todo lo logrado.

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4. Estamos por iniciar 2023, otro año que pondrá el marco de tiempo para plantar y regar la necesaria esperanza en lograr un ambiente mejor para una vida digna, solidaria y en paz permanente. La esperanza y la paz van de la mano, se necesitan para construir lazos de fraternidad y amistad social. Por algo el día primero del año fue instituido como el Día Mundial de la Paz; la Iglesia se une a esta intención con la Jornada de Oración por la Paz.

5.Abrimos la puerta del año 2023. Lo hacemos con esperanza y curiosidad, con confianza y también con incertidumbre. El tiempo pasado nos pertenece; el futuro, todavía no, pero podemos soñarlo, desearlo, prepararlo, compartirlo. ¡Qué bueno que el inicio del Año Nuevo nos encuentra en el tiempo de Navidad! Nuestro Dios y Señor, principio y fin del tiempo, es la fuente que sostiene nuestra esperanza. El que haya puesto su casa entre nosotros nos da la confianza para iniciar bien el año, caminar con rumbo seguro, alimentar y orientar nuestra esperanza con sus ilusiones y esperas.

6.Aprovechemos el tiempo y aportemos los talentos recibidos y cultivados. La imaginación y la creatividad hacen del ser humano una fuente inagotable de posibilidades en todos los ámbitos de la vida. Perfilemos los cambios que debemos hacer y los comportamientos a asumir para ser trabajadores por la paz y protagonistas de nuestro futuro. Tomemos en cuenta los aprendizajes del año pasado, apostemos por una familia unida y solidaria, participemos en la construcción de un tejido social con valores éticos, morales y espirituales no negociables.

7. El buen y feliz año que deseamos está en la Providencia de Dios y en nuestras manos. Escribir dignamente su historia requerirá humildad y verdad, sabiduría y generosidad, audacia y la paciencia activa del amor. Desde luego, todo iluminado y sostenido por una fe en Dios a prueba de todo.

Que Dios nos bendiga y nos guarde.

Que haga brillar su rostro misericordioso sobre nuestra familia y nuestros proyectos personales y sociales.

Que nos conceda salud y la anhelada paz social.

Que la Virgen María y todos los santos intercedan por nosotros...

Con deseos de abundantes bendiciones para cada día del año, bendigo a ustedes y a quienes los acompañan.

+ Sigifredo Obispo de/en Zacatecas