Desde hace dos años y medio, 21 personas originarias de municipios de Chihuahua, así como de algunos estados como Oaxaca, Guanajuato, Coahuila y Zacatecas, eran explotadas para realizar trabajos de recolección de amapola y marihuana, en un predio ubicado en un lugar conocido como “Las Gallinas”, dentro de los límites de los municipios Ocampo y Uruachi, Chihuahua, donde un grupo del crimen organizado las tenía privadas de su libertad para obligarlas a trabajar en esos plantíos.
De las 21 personas, cuatro contaban con reporte de desaparición por parte de los familiares, quienes desde hace más de un año habían perdido contacto con estas personas, mientras que 17 tenían entre un mes y hasta un año de estar laborando en este lugar y aún no se tiene registro de que fueran reportadas como desaparecidas.
Los afectados dijeron ser originarios de algunos estados de Oaxaca, Guanajuato, Coahuila y Zacatecas, así como municipios de Chihuahua, como Madera, Bachíniva, Cuauhtémoc y Guerrero, por lo que fueron asegurados y trasladados a las instalaciones de la Fiscalía General del Estado, del municipio de Cuauhtémoc, donde recibieron atención médica, alimento y rindieron su declaración.
Gracias a las denuncias de desaparición fue que los agentes investigadores llegaron a la pista de un campamento oculto de droga, donde dieron con cuatro personas que fueron reportadas como desaparecidas, mientras que 17 se encontraban en calidad de privadas de la libertad y todas eran explotadas.
Todo comenzó hace más de 24 meses, cuando estas personas fueron contactadas por terceras personas para una construcción en el seccional de Yoquivo, del municipio de Ocampo, donde les prometieron pagarles 350 pesos diarios por participar en esta construcción; sin embargo, al llegar al lugar, no obtuvieron un solo peso de pago y los obligaron a quedarse a trabajar en estos cultivos de droga.
A pesar de que se habló de un pago por algún trabajo, las 21 personas que estaban en el lugar no obtuvieron salario alguno por el trabajo que hicieron de entre tres meses y dos años consecutivos, en cambio fueron golpeadas y amenazadas con asesinarlas para que hicieran el trabajo durante jornadas de 12 horas diarias.
Según datos de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, este tipo de trabajo tiene una remuneración de 200 a 500 pesos semanales y deja ganancias de 10 mil a 30 mil pesos semanales por hectárea para los dueños de los predios, ya que la goma de opio que utilizan para la heroína y la marihuana tiene un costo bajo en el mercado.
La única rutina que debían cumplir era trabajar desde las 6 de la mañana, para desayunar arroz con agua, posteriormente partían a los campos para recolectar la amapola y marihuana de los cultivos; a las 13:00 horas tenían que partir al “punto” donde comían agua con harina de maíz, para que dentro de 30 minutos después partieran a las labores y por la noche cenar frijoles con agua.
Las personas privadas de la libertad vivían en una cueva, ahí dormían, cocinaban y prácticamente por varios meses fue su vivienda, hasta que elementos de la Fiscalía Zona Occidente logró liberarlas, tras las investigaciones que realizaron por más de un año en torno a este caso de secuestro y trata de personas en calidad de explotación laboral.
Dentro del operativo iniciado el pasado martes por la tarde, que estuvo encabezado por el comandante Edgar Soto, partieron por más de ocho horas de camino de terracería a la comunidad de Yoquivo, posteriormente tuvieron que caminar por cuatro horas entre brechas y barrancos, para finalmente llegar a este punto de concentración, donde estaban las personas explotadas.
El fiscal Jesús Manuel Carrasco comentó que en un inicio localizaron un grupo de cuatro personas en una de las cuevas, quienes dieron aviso que había más gente trabajando en el campo, por lo que se apersonaron al lugar y la rescataron, para posteriormente llevarla de regreso a la ciudad de Cuauhtémoc.
Este lugar era utilizado por un grupo autónomo del crimen organizado, que incluso pagaba una cuota al Cártel de Sinaloa para que los dejara seguir operando y produciendo goma de opio y marihuana, las cuales utilizaban para distribuir dentro y fuera del estado, tras la recolección de cosecha que hacían estas personas.
Los afectados son de un promedio de 18 a 40 años de edad y se encontraban estables de salud, sin embargo, presentan un grado elevado de desnutrición, ya que tenían una alimentación muy precaria y las jornadas laborales eran extenuantes, la mayor parte del día bajo el sol.
Para este operativo participaron aproximadamente 50 elementos de seguridad, quienes recorrieron varios kilómetros para dar con estas personas que estaban privadas de la libertad, sin embargo, no se logró capturar a algún delincuente o criminal que estuviera a cargo de estas instalaciones.
Los agentes confiscaron una camioneta Chevrolet Silverado, modelo 2005, la cual era utilizada para llevar víveres, así como también un radio de comunicación de la marca Kenwood con el que los cuidadores mantenían comunicación con otros sujetos; la Fiscalía General del Estado lleva a cabo las indagatorias por el delito de trata de personas y se dará vista al Ministerio Público Federal por lo que se refiere a delincuencia organizada y narcotráfico.
Cabe mencionar que la identidad de los rescatados fue reservada por las autoridades correspondientes, toda vez que fueron víctimas del delito de trata y ya iniciaron a entablar comunicación con los familiares para buscar la manera en que regresen a sus domicilios y lugares de origen.