Con la temporada de cosecha, comienza el arribo de miles de jornaleros procedentes en su mayoría de las zonas serranas de Guerrero, Michoacán, Durango y San Luis Potosí, quienes laborarán en la comunidad de Río Florido, perteneciente al municipio de Fresnillo, Zacatecas, además de los campos de los estados de Jalisco y Aguascalientes.
Se calcula el arribo de cinco mil jornaleros a la comunidad de Río Florido, la cuarta más poblada del municipio de Fresnillo.
Sin prestaciones laborales, con el riesgo de accidentes durante la hora de trabajo, desaparición de menores y sujetos a los abusos de arrendadores que rentan pequeñas habitaciones hasta a mil pesos por semana, los jornaleros llegan para realizar las labores en el campo.
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Perla y Alejandro, una pareja de jornaleros
Ya es la una de la tarde y la comunidad, aún luce solitaria, se escucha el canto de una mujer en el altavoz de la iglesia, aunque los comercios de la orilla de la carretera federal, los lugareños señalan que regularmente a esta hora inicia la llegada de jornaleros, que en esta ocasión se trasladaron hasta San José de Lourdes y les parece raro que aún no lleguen los camiones, aunque refieren que cuando eso sucede, se debe a que tomaron dos turnos.
Al poco rato, comienzan a ingresar algunos camiones amarillos, en su mayoría modelo de los años 60’s que regularmente se ocupan para el traslado de trabajadores, de uno de ellos descienden Perla Alejandra Núñez y su esposo Reynaldo Javier Domínguez, dos jóvenes jornaleros que llegan con sus hijos en una carriola en la que uno de los pequeños está dormido, otro más permanece cansado y la mujer carga otro más en brazos.
Perla y Alejandro lucen llenos de tierra, con sus manos dañadas por el duro trabajo que realizan, mientras que sus hijos presentan irritación de ojos, y aunque ganan cada día 250 pesos cada uno, esta cantidad no les alcanza para sus gastos personales y el pago de la renta del cuarto con el que cuentan.
Ambos señalan que llevan ya cuatro años trabajando como jornaleros y se decidieron por ese trabajo porque se les paga diariamente, aunque reconocen que no tienen ningún tipo de prestación y lo que más les preocupa son sus hijos, quienes tienen que permanecer siete horas esperándolos en el camión de transporte o en medio de los sembradíos, ya que en ocasiones los choferes no quieren que les dejen a los niños en los vehículos.
Se preocupan porque uno de sus niños ya está por ingresar al jardín de niños y Perla tendrá que dejar de trabajar y quedarse, mientras que Reynaldo iniciará a trabajar en doble turno. Coinciden en que es necesario que las autoridades les apoyen con una guardería para poder dejar a sus hijos y ellos poder costear sus gastos.
En esta ocasión a la pareja le tocó trabajar en los campos del municipio de Morelos, "andamos desde las siete de la mañana, aunque vamos a almorzar a las diez de la mañana y salimos a las dos y media”.
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Un cuarto sin ventanas
Al internarse en el pueblo, se pueden ver algunas bodegas o espacios comerciales que fueron divididos y ahora se emplean como cuartos de renta para los jornaleros. En uno de ellos vive Noema junto con su hijo, su esposo y su cuñado. En el cuarto que habita hay baño y luz y aunque es pequeño y ni siquiera tiene ventana, la mujer, quien está embarazada no se queja, pues menciona que en las vecindades se tiene que hacer fila para ir al baño y la gente está más hacinada.
Noema Cruz tiene un embarazo de cuatro meses, pero aclara que aun así ella va a trabajar a los campos y menciona que para poder vivir en esta comunidad junto a su esposo y su cuñado tienen que pagar mil pesos por semana, pero no se queja, pues asegura que en el cuarto de al lado sus vecinos viven hasta tres o cuatro familias con todo y niños.
Abandonados a su suerte
Al respecto, el subdelegado de la comunidad de Río Florido, Cristian Méndez López, no tiene empacho en mencionar las deplorables condiciones en las que viven algunos de los jornaleros, quienes rentan espacios como secadoras, bodegas o cuartos de 4x4.
Refirió que tan solo en cuatro años se han registrado 34 defunciones de jornaleros a consecuencia de enfermedades o violencia, muchos de ellos fallecen en sus viviendas o en la vía pública, no son identificados y es el propio subdelegado el que ha tenido que realizar la función de sepulturero, con apoyo de habitantes de la comunidad, ya que la Fiscalía General de Justicia del Estado no quiere hacerse cargo de levantar el cuerpo de la persona fallecida y las funerarias ya no quieren brindar la atención pues creen que no se les va a cubrir el gasto.
Lamentó que hasta el momento no se ha atendido la falta de condiciones de trabajo de los jornaleros, quienes trabajan sin seguro social y no tienen algún contrato que les garantice que se les pague lo que originalmente se les ofrece, o cuando sus mujeres dan a luz en plena jornada de trabajo, no les brindan auxilio, aunado a ello, refirió que las autoridades retiraron el comedor que ya estaba instalado en la pasada administración y en donde se atendía a menores y a jornaleros que no tenían para comer.
Del mismo modo, expuso que solo se ha logrado insertar en la escuela a unos 60 niños, aunque aclaró que muchos desertan porque regresan a sus lugares de origen, mientras que los niños pequeños en su mayoría viajan en los camiones con sus padres y en algunos casos son atropellados mientras juegan en los campos o se pierden, sin que hasta el momento se haya logrado hacer algo, pues mencionó que las instancias gubernamentales no quieren asumir su responsabilidad en este tema.
Niños que trabajan
Mil 300 niños trabajan también como jornaleros, según el último registro que se tuvo sobre ello.
Los más pequeños usan pequeños botes, los adolescentes pueden realizar ya las cargas más pesadas como un adulto, sin que hasta el momento se regule sobre las actividades de los menores en estos lugares.
Otro de los problemas que enfrenta la comunidad con la llegada de los jornaleros es el aumento de actos violentos, pues señaló que a consecuencia de que algunos de ellos consumen bebidas embriagantes, se agreden con palos o machetes o agreden a sus parejas, mientras que la comunidad no cuenta con patrulla ni ambulancia para atender esta problemática, por lo que es común ver personas heridas en la vía pública o que fallecen a consecuencia de que no son trasladados a tiempo.
Expuso que esta situación se ve reflejada en las estadísticas, pues en tan solo cuatro años en el panteón de la comunidad van sepultados más de 32 jornaleros, en su mayoría por enfermedades no atendidas a tiempo.
Existe además el problema de atropellamientos en la carretera. Hace ocho o diez días ocurrió la desaparición de una menor por el mal cuidado de los padres.
Lamentó el abandono que la comunidad padece por parte de las autoridades, quienes, aseguró, “solo acuden para tomarse la foto y no solucionan los problemas más urgentes que se les plantean”.
No obstante, aclaró que el Municipio apoya a la comunidad con la recolección de basura los fines de semana, aunque aclaró que resulta insuficiente, ya que esta se incrementa en un 400 por ciento durante la llegada de los jornaleros y con una camioneta no se puede dar abasto a llevar la basura hacia el tiradero de la comunidad.
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