Al confirmar que ya inició el procedimiento para emitir la declaratoria como Zona de Monumentos Históricos (ZMH) para el centro de la ciudad de Zacatecas, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) aclaró que la declaratoria “no desacredita al proyecto del viaducto elevado”.
Mediante un comunicado, especifica que la declaratoria abarcará 105 hectáreas que incluyen 169 manzanas con 827 edificaciones de los siglos XVI al XIX, lo cual “no tiene relación” con la construcción del también llamado “segundo piso” del bulevar metropolitano.
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A través del mismo documento, el Instituto señala que la construcción de la nueva vialidad que promueve el gobierno del estado “está en revisión por parte del Consejo de Monumentos Históricos del INAH, órgano colegiado que ya ha planteado una serie de requerimientos y recomendaciones para evitar afectaciones a la ciudad histórica”.
Cabe recordar que desde agosto de este año, en el Diario Oficial de la Federación se publicó el acuerdo de la ZMH, mismo que establece como medida precautoria la prohibición para realizar “construcciones u obras en los monumentos históricos, colindantes y demás ubicados dentro de la zona a declarar”.
El mismo no incluye expresamente al bulevar metropolitano, donde se pretende construir el viaducto que, según ha expresado la Unesco, pondría en peligro la inscripción del centro histórico dentro de la Lista del Patrimonio Mundial.
Zacatecas capital cuenta con dos inscripciones ante la Unesco: en 1993 su centro histórico recibió la designación como Patrimonio Mundial y, en 2010, sumó otra como parte del itinerario cultural del Camino Real de Tierra Adentro.
El INAH en su último comunicado reconoce que Zacatecas es la única ciudad mexicana inscrita en dicha lista de la Unesco que aún carece de decreto federal.
La ZMH que es susceptible de declaratoria federal, conserva la misma traza del área inscrita por la Unesco hace más de 30 años ya que en áreas colindantes presenta una concentración de monumentos históricos más dispersa: “Con las declaratoria federal, el INAH protege el patrimonio cultural y el carácter tradicional de los inmuebles ubicados dentro del citado perímetro”.
Traza urbana
El INAH resalta que la conformación de la ciudad quedó definida por la topografía del terreno, además de la actividad minera que inició en 1546, dando como resultado un crecimiento “desordenado que responde a una traza de plato roto”.
Las vialidades centrales se trazaron paralelas al antiguo arroyo de la Plata, vertiente que jugó un papel fundamental en la configuración de la urbe novohispana. Asimismo, del paisaje natural sobresalen los cerros de La Bufa y del Grillo.
También, parte importante son sus plazas, plazuelas y jardines, ya que, en estas áreas abiertas, a lo largo del tiempo se han desarrollado múltiples actividades económicas y sociales. La imagen urbana que se conoce hoy, además es resultado de los cambios suscitados a finales del siglo XIX y principios del XX.
El Instituto destaca que el proceso de conservación de la ciudad nace de la mano del zacatecano Federico Sescosse, con la restauración, en primer lugar, del antiguo templo de San Agustín, posteriormente, la restauración de la ciudad fue paulatina y contempló a los antiguos conventos de San Francisco y Santo Domingo, a la par que rescató plazas y plazuelas, para culminar, en 1993, con la inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial.
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