David Monreal Ávila, gobernador de Zacatecas, encabezó por segunda vez en su administración la ceremonia del Grito de Independencia, la primera con asistentes, ya que la anterior se realizó con una Plaza de Armas vacía debido a las restricciones para evitar contagios de Covid-19.
Llamó la atención que, durante su arenga, el mandatario estatal recordara los nombres de tres próceres o personajes históricos originarios de Zacatecas: Víctor Rosales, José María Cos y Pérez y José María Rodríguez.
Su arenga completa fue:
¡Viva la Independencia!, ¡Vivan las mujeres y hombres que nos dieron patria y libertad!, ¡Viva Don Miguel Hidalgo y Costilla!, ¡Viva José María Morelos y Pavón!, ¡Viva Doña Josefa Ortiz de Domínguez!, ¡Viva Leona Vicario!, ¡Viva Ignacio Allende!, ¡Viva Víctor Rosales!, ¡Viva José María Cos y Pérez!, ¡Viva José María Rodríguez!, ¡Viva la Democracia!, ¡Viva nuestra soberanía!, ¡Viva la voluntad del pueblo!, ¡Viva nuestro anhelo de paz, igualdad y justicia!, ¡Viva el pueblo de Zacatecas!, ¡Viva Zacatecas!, ¡Viva México!, ¡Viva México!, ¡Viva México!
Los restos mortales de los tres personajes zacatecanos recordados por el gobernador descansan en la Columna de la Independencia en la Ciudad de México.
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Aquí te dejamos una breve semblanza de cada uno de ellos:
Víctor Rosales
Nació en Zacatecas, Zacatecas, en 1776. Estudió leyes en la Real y Pontificia Universidad de México.
Fue expulsado por ser desafecto al gobierno de la Nueva España.
Al no poder concluir sus estudios, regresó a Zacatecas a dedicarse al comercio.
Su nombre cobró fama en 1811, cuando Ignacio López Rayón dejó Saltillo para dirigirse a Zacatecas. En 1813, Rosales se vio obligado a retirarse fuera de la ciudad de Zacatecas.
En octubre de 1814 se dirigió a Michoacán para ponerse a las órdenes de Rayón. Su lealtad a Rayón le valió ser nombrado mariscal de campo y comandante militar de las provincias de Michoacán y Zacatecas.
El 20 de mayo de 1817 en el rancho La Campana, cerca del pueblo Ario en Michoacán, fue sorprendido por el coronel Barragán, quien lo emboscó y fusiló.
José María Cos y Pérez
Nació en la Provincia de los Zacatecas, del Reino de la Nueva Galicia, datos históricos fechan su nacimiento en el año de 1774.
Fue estudiante del Colegio Real de San Luis Gonzaga en Zacatecas donde cursó gramática y retórica, al destacarse en sus estudios, fue becado para continuar sus estudios en el Seminario Conciliar de Guadalajara, donde estudió cursos de Artes y Teología para ordenarse sacerdote
Fue catedrático de Mínimos en el Seminario Conciliar, y el 18 de octubre de 1795 tomó posesión como propietario.
Por esos años fue su discípulo el futuro insurgente Pedro Moreno.
Cuando regresó a Zacatecas fungió como vicerrector de su antiguo Colegio Real de San Luis Gonzaga.
En 1800 ganó por oposición el curato del Mineral de la Yesca, en Nayarit. De 1802 a 1810 se desempeñó como cura del Burgo de San Cosme, cercano a la ciudad de Zacatecas.
A principios de 1810 fue electo representante por Zacatecas a la Junta Central de España, pero las circunstancias le impidieron desempeñarse como tal.
A finales de octubre de 1810 cerca de Aguascalientes, el general Iriarte lo recibió solemnemente.
En 1812 manifestó a plenitud sus ideales independentistas y editó el periódico El Ilustrador Nacional (11 de abril) en la “imprenta de la Nación”, acción que fue admirada por Lucas Alamán.
El 12 de mayo de 1812 inició la edición del Ilustrador Americano, en el que colaboraban Andrés Quintana Roo e Ignacio López Rayón, José María Cos dirigió este periódico hasta el número 20.
Por Zacatecas, fue electo diputado al Supremo Congreso Mexicano, que inició sus sesiones en septiembre de 1813, pero debido a que no se pudo presentar hasta diciembre, no firmó la “Declaración de la Independencia”.
El 17 de noviembre de 1819 falleció víctima de una grave infección en la garganta.
José María Rodríguez
Nació en el municipio de Guadalupe y participó en las conspiraciones regionales para lograr que floreciera el movimiento de independencia de la corona española en Zacatecas.
Al ser sorprendido por las autoridades locales, fue capturado y fusilado el 3 de octubre de 1814.
Su cabeza se exhibió en las principales plazas de la región para que sirviera de escarmiento para los futuros insurgentes.
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