Zacatecas, Zac.- El sistema penitenciario está en crisis, indicó la diputada Lorena Esperanza Oropeza Muñoz, quien señaló que el Centro Regional de Readaptación Social (Cerereso) de Cieneguillas “es un lugar donde reina la corrupción, la complicidad, el autogobierno y se incrementan los vicios criminales, que terminan siendo una escuela para delincuentes”.
Cómo es posible que nadie se dé cuenta cómo ingresan los objetos prohibidos, cómo es posible que al interior se encuentre todo tipo de drogas, cómo es posible que al interior de unos metros cuadrados exista un control de grupos delincuenciales.
Qué pueden esperar entonces los que estamos afuera de que el Estado no tiene fronteras ni se está bajo la vigilancia de ningún cuerpo policial y en donde también los grupos delincuenciales hacen lo que quieren.
Si no se puede tener el control de estos metros cuadrados, y en esta población que está bajo reglas, bajo control, bajo supervisión, qué pueden esperar los ciudadanos, no es otra cosa más que corrupción y es lo que se tiene que combatir día a día, lo que se tiene que hacer y exigir que las autoridades realmente cumplan con su trabajo.
Vulnerables al soborno
En mucho se debe a la improvisación de los mandos directivos, a la falta de elementos o efectivos, que no permite tener un nivel de seguridad eficiente., además de los bajos salarios, lo que los hace vulnerables al soborno.
De manera recurrente, en cada revisión se encuentran objetos prohibidos, como pequeños cuchillos, dosis de drogas, teléfonos celulares, baterías, cargadores, pipas para fumar, tenedores de parrillas, espátulas bombas molotov, aspas de batidora, plantas chicas de marihuana, palos con punta, entre otros.
En todos los casos resulta obvio que ingresan por la puerta, y nadie se da cuenta.
Entonces, se puede suponer, o sobrentender que se trata de una red de corrupción, porque parece más sencillo incautar que prevenir el ingreso de objetos prohibidos.
La atención al problema penitenciario es de vital importancia, por lo que se tiene el reto de lograr una verdadera reinserción social, proporcionando las condiciones para la readaptación de las personas que han cometido algún delito, contribuyendo a que se dé una nueva oportunidad de integrarse a la vida cotidiana en su nuevo rol de libertad, evitando la reincidencia delictiva.
Se sabe que el sistema penitenciario está en crisis por ello la urgencia de cambiar esta realidad, lo que hace necesario que se tomen medidas para garantizar el respeto a los derechos de las personas privadas de la libertad.
Lamentablemente, en el caso del Centro Regional de Reinserción Social (Cerereso) de Cieneguillas, el cual tiene una población de 987 reos y capacidad para mil 240, no puede ser controlada por las autoridades.
El pasado 16 de noviembre, dos mujeres y un hombre fueron detenidos por intentar meter al penal mil 732 latas de cerveza, 24 botellas de un compuesto de tequila, 92 dosis de polvo parecido a la cocaína, y algo que parecía piedra.
Solamente cuando existe una red de corrupción la gente se atrevería a intentar ingresar estas cantidades de objetos prohibidos a través de la puerta de ingreso de manera normal.
Además de los recientes pleitos entre internos, que las autoridades han aceptado como una lucha entre grupos delincuenciales antagónicos que han dejado reos muertos se han encontrado arsenales, lo que demuestra hasta dónde llega el poder de esos grupos delincuenciales.
Se anunció la remodelación del Cerereso y se celebra que obedezca la recomendación que se hizo por parte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos para cubrir las necesidades para rehabilitar y optimizar los espacios penitenciarios, de manera que contribuya a que los internos tengan espacios más dignos y las autoridades puedan tener un control en la población que se encuentra en reclusión.
Cómo es posible que no se pueda controlar una población de 987 reos y que esté a merced de los grupos delincuenciales.
