Zacatecas. Zac.- En el Miércoles de Ceniza, el obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, indicó que esta época se trata de ir reconociendo para ir sanando las heridas que hay en nuestra vida, cada año lo hacemos y vamos a encontrar por ahí algunas situaciones negativas que nos impiden crecer bien.
Se trata de hacer un examen de conciencia para ver cómo está la salud espiritual nuestra, para eso es la Cuaresma.
No hay Cuaresma que no implique la paz interior y al mismo tiempo la búsqueda de la paz en nuestro entorno.
Tomar la ceniza es en esta dirección, no debe ser algo que se va a acabar el miércoles de ceniza y que se va a volatizar.
Este tiempo es de los más fuertes espiritualmente hablando que se tienen durante el año y como celebraciones dentro de la liturgia católica, a la cual se van organizando otro tipo de eventos.
Invitó a aprovechar este tiempo, que es un tiempo muy fuerte, un tiempo que puede favorecernos si nosotros estamos disponibles para abrirnos no solamente a la acción de Dios, sino a la superación personal que nos viene con la gracia de Dios.
Tiempo en el que somos invitados como personas, como comunidad, como iglesia, primeramente a hacer ese viaje al interior, cómo estamos, hacer ese balance, hacer esa evaluación, hacer ese corte de caja.
Hay tantas formas de hablar en nuestro tiempo, en cristiano es hacer un examen de conciencia para ver cómo está la salud espiritual nuestra, para eso es la Cuaresma.
Una vez que entremos dentro de nosotros ir a recuperar ese valor del sentido de la vida, qué sentido tiene lo que estoy haciendo, lo que estoy viviendo, lo que estoy intentando, y por eso mismo qué sentido tiene que crea o no crea.
Ya desde ahí continuar, se trata de ir reconociendo para ir sanando las heridas que hay en nuestra vida, cada año lo hacemos y vamos a encontrar por ahí algunas situaciones negativas que nos impiden crecer bien.
"La Cuaresma no es un fin en sí mismo, la Cuaresma está encaminada al tiempo de la Pascua, que es la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor".
Hizo la invitación a que no se termine el Sábado de Gloria, sino que la Pascua son 50 días que dura la fiesta y es domingo a domingo y es toda la vida.
Hay muchos valores que brotan de nuestra fe, que alimentan la esperanza y la prueba de fuego de la Cuaresma es la vivencia de la caridad.
Es como se pudiera traducir esos tres valores fundamentales que han distinguido la Cuaresma cristiana, que es la oración, que es el ayuno y que es la limosna.
Es sanear la relación con Dios, la relación con nosotros mismos y la relación con los demás.
A nivel de iglesia universal el tema hoy es más de ecología, el Papa Francisco nos invita a ir al fondo como hijos de Dios y revisar qué actitudes y qué comportamiento tenemos en relación a la creación.
En la creación estamos todos los seres humanos también, y todo el medio ambiente y el presente de la actual generación, pero también el futuro de las generaciones que vienen.
El Papa nos invita a esa mirada, llamémosle así, tan especial de sensibilidad que tenemos.
Obviamente el tema de la violencia está presente y se trata de mejorar personalmente nuestro comportamiento es obvio que tenemos que ir a construir la paz.
Invitó a todos los cristianos, y a todas las personas de buena voluntad a darse ese tiempo de meditación, de búsqueda y también de alimentar la esperanza, no nos acostumbremos al mal, no nos acostumbremos al pecado, no nos acostumbremos a la violencia, más bien aprovechemos esta gran oportunidad para hacer no solamente un balance, sino también poner sobre la mesa todos los medios que tenemos en la actualidad para crecer.
Si hay buena Cuaresma habrá buena Pascua y la buena Pascua son los frutos de paz, frutos de generosidad, de solidaridad, de abrir los brazos a las personas que nos acompañan en este momento.