El obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, refirió que detrás de las cancelaciones de las fiestas patronales de los municipios de Jerez y Pinos hay presiones de grupos del crimen organizado, por lo que corresponderá a las autoridades municipales determinar el riesgo y brindar los medios para proteger a la ciudadanía.
Detrás hay presiones muy fuertes de los mismos grupos, esto se ha dejado crecer y se sigue dejando crecer, hasta cuándo, no sabemos hasta que haya voluntad política y voluntad ciudadana
Dijo que cuando se realizan estas fiestas acude una importante cantidad de personas, y en ellas hay intromisión de los grupos delincuenciales que se encargan de la venta de bebidas alcohólicas, incluso de venta de drogas.
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Enfatizó que, ante este tipo de situaciones, es complejo para las autoridades tomar una definición, pues deben medir los riesgos y los beneficios de estos eventos.
No hay control sobre la delincuencia
Refirió que el asesinato de dos hombres la mañana del domingo en un campo de beisbol en Hacienda Nueva significa que no hay control sobre la delincuencia, lo que es originado por la impunidad, un problema que facilita que la violencia se extienda a otros espacios como los deportivos.
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El obispo subrayó que las autoridades deben investigar las causas que originan la violencia, y esta reflexión debe hacérsela la misma sociedad.
Pasamos de la incertidumbre, al miedo, llegando ya a la desesperación
Destacó que el pasado fin de semana hubo un encuentro diocesano con más de 600 jóvenes, lo que significa que existe esperanza en que este sector asuma su responsabilidad, con el apoyo mutuo entre adolescentes.