El obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló negó que la construcción del Cristo de la Paz en el municipio de Tabasco viole el Estado laico a pesar de que la figura religiosa fue financiada parcialmente con recursos públicos.
La estatua de 33 metros de altura, inaugurada el domingo 9 de abril y que es considerada la imagen religiosa más grande de América Latina, costó cerca de 30 millones de pesos aportados por el gobierno estatal, el municipio de Tabasco y la comunidad migrante.
No se está violando el Estado laico, simplemente se está atendiendo lo que la gente está pidiendo y la gente tiene el sentido religioso muy arraigado
Al defender la pertinencia de la obra, mencionó “las situaciones de violencia muy marcadas” que se viven en la región donde se ubica el Cristo de la Paz y “donde es muy difícil viajar con seguridad”.
La gente siente esa necesidad (…) creo que el Estado tiene que estar al servicio del pueblo y el pueblo es creyente.
Afirmó que esa fue “una inversión a favor del pueblo” pues el lugar donde se ubica la imagen es además un lugar familiar y de fe, donde se tiene incluso una vista muy completa de una parte del denominado Cañón de Juchipila.
Reconoció que es imposible medir el impacto que las figuras religiosas gigantes tienen en la construcción de paz, “porque más que todo es algo inspirador” y “muy subjetivo”.
Afirmó que es tarea de los sociólogos es estudiar qué es lo que expresan las imágenes gigantes como las del Santo Niño de Plateros ubicado en Fresnillo y como la del Niño Dios de la comunidad de Zóquite, municipio de Guadalupe.
Al respecto concluyó: “No nacen porqué sí, siempre hay un motivo que se expresa, una necesidad que se trata de satisfacer”