En el Rancho el Soyate, en el municipio de Villanueva, la familia Aguilar le dio el último adiós a la cantante y actriz Flor Silvestre, viuda del “Charro de México”, Antonio Aguilar.
En medio de un ambiente de tristeza y melancolía, se llevó a cabo la misa de cuerpo presente de Flor Silvestre, quien ya tiene su eterno descanso junto al amor de su vida, Antonio Aguilar.
El cantante Pepe Aguilar tomó el micrófono y ante el féretro donde reposaba el cuerpo de su madre expresó: “Por fin llegaste, ah cómo fregaste, desde que se fue mi apá cómo diste lata, pues ahora sí ya se te hizo y ahí vas a estar con él para siempre, todo el tiempo. Ahora van a estar eternamente juntos, y aquí van a estar en el corazón, en el recuerdo, van a estar en este campo zacatecano, que estoy seguro que los quiere y los quiso tal como ellos lo quisieron”.
Y agregó “mamacita, al fin se te hizo llegar con tu rorro, y aquel ha de estar ahorita pegando de brincos de felicidad, porque llevaba 13 años solo y ya llegó su compañera”.
En la ceremonia fúnebre estuvo un mariachi, un tamborazo y una rondalla, “porque ella no podía vivir sin música”, dijeron sus hijos.
Tras la misa, Pepe Aguilar agradeció a todo aquel que entregó su tiempo, esfuerzo, corazón y energía estos últimos años para el bienestar de la señora Flor Silvestre. “Aunque ella nació en Guanajuato, siempre tuvo visa de Zacatecas, la adoptó esta tierra que ella quería como propia y entonces, toda la gente de por acá la quería mucho”.
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“Yo públicamente agradezco al doctor Misael que estuvo echándole muchas ganas, a las doctoras terapeutas, a Laura, a Brenda, a Lázaro, a Mariana, a Israel, a toda la gente que se volvió su familia en ausencia de su familia de sangre, y en quienes nosotros confiábamos plenamente, les agradezco de todo corazón muchachos y muchachas, doctores, gracias”.
Agradeció también “a los muchachos que están allá atrás, que la ayudaron a subirse a sus caballos, la sienten como su familia, yo lo sé, y pudiera yo seguirme metiendo en más honduras tristes porque es fácil en este momento hacerlo pero no lo voy a hacer, y no lo voy a hacer porque la señora Flor fue alguien que vino a llenar de alegría, de vida, de bondad, a toda esta zona, a meterle todo, todo el amor de su corazón, junto con su marido, para hacer en medio de la nada un lugar como este”.
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Pepe Aguilar dijo “yo me quiero quedar con mi madre chistosa, con mi madre coqueta, con mi madre divertida, con mi madre bromista, traviesa, con mi madre que nos daba todo todo el tiempo, con mi madre hermosa, guapa, divina, que todavía a quien le tocó verla aquí, en vida, a los 90 años verse así de hermosa”.
Agregó que “yo tenía diferencias con la señora (Flor Silvestre) que no me gustaban sus uñas largas por ejemplo, que de repente no se pintaba los labios colorados, ese tipo de situaciones eran mi problema con mi madre, y últimamente no están ustedes para saberlo ni yo para contarlo, pero cómo fue mala para aprender inglés, nunca aprendió inglés, se aventó como cinco cursos diferentes y era malísima para el inglés”.
A las 13:00 horas se llevó a cabo la misa de cuerpo presente al interior del rancho El Soyate y posteriormente los restos de Flor Silvestre fueron depositados junto a los de Antonio Aguilar, en la capilla ubicada en el cerro San Cayetano.
Eran una sola alma
Antonio Aguilar hijo, expresó “mi madre tenía unos pantalanzote,s y yo creo que eso fue muy necesario para que mi padre llegara a donde llegó, por el carácter que tenía mi madre, que lo impulsaba a triunfar, que lo apoyaba. Entonces, cuando se queda sin ese otro complemento pues ella sí quería irse luego luego con mi papá, no estaba feliz, porque es de esos raros casos, como historias de amor de película, porque cuando estaban sentados viendo la tele, estaban de la mano todo el tiempo y para todos lados, eran inseparables, eran una sola alma”.
Por su parte, su nieta Ángela Aguilar publicó en redes sociales una fotografía donde aparece junto a Flor Silvestre, Pepe y su hermano Leonardo, con la frase “Era ella, mi bella Flor / Que me inspiraba a ser cada día mejor / Siempre bella, hasta cuando dijo adiós, / Una mujer digna del cielo, por eso Dios de la llevó. Te amo tanto que no te supe decir cuánto. Gracias por tanto, gracias por todo, gracias siempre.”
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