La muerte de John Lennon llegó con un ruido fuerte, ensordecedor; uno que aturdiría al mundo completo, para después dejarlo en silencio, con los ojos llenos de lágrimas y con el volumen de la música de The Beatles y de Lennon sonando sin parar, pero muy bajito, como para no interrumpir el sueño eterno en el que había entrado John, John Lennon.
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El 8 de diciembre de 1980 John recibía en su casa a la fotógrafa Annie Leibovitz, que le realizaría una sesión para la revista Rolling Stone. Durante la sesión, John insistió que Yoko apareciera en las fotos, a lo que Leibovitz accedió. Días antes Lennon había dado una entrevista a la misma publicación, misma que fue publicada completa en el 2010, en el 30 aniversario de su muerte.
Después de la sesión la pareja asistió al programa del DJ Dave Sholin, donde contaron los pormenores de su relación, el pasado de John como Beatle y su futura carrera como solista.
Cerca de las cinco de la tarde John y Yoko salían de su hogar -al que ya había regresado después de la entrevista con DJ Dave Sholin- para asistir a Record Plant Studio, para terminar la mezcla de una canción de Yoko. Al salir del edificio John se encontraría con un joven que lo esperaba para que le firmara el disco “Double Fantasy”. Quien lo esperaba era Mark Chapman, su asesino… sin saberlo, John había estado frente a frente con quien unas horas más tarde lo asesinaría.
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El mismo día, alrededor de las 22:50 horas, John y Yoko salían del estudio de grabación; frente a ellos una multitud los esperaba para tomarse fotos y pedir un autógrafo con la estrella de la música británica.
“Mr. Lennon", -lo llamó Chapman- John se dio la vuelta y Mark Chapman descargaría su arma sobre Lennon.
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Yoko lo vio caer el piso y vio como sus lentes ensangrentados volaban, llamaron a una ambulancia… en el hospital trataron de reanimarlo, incluso abrieron su pecho para “amasar” directamente su corazón.
A las 23:15 horas del 8 de diciembre de 1980 John Lennon pasaría a la inmortalidad.
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