En tiempos de cuarentena la distancia con los más allegados puede hacer estragos. Quizá por eso, las aplicaciones y programas que facilitan la tarea de charlar “cara a cara” a través de la pantalla, o incluso llevar a cabo reuniones de trabajo, estén volviéndose tan populares en las últimas semanas.
Así, según un informe de Hootsuite que analiza el comportamiento digital durante la crisis por la Covid-19, el 45% de usuarios del mundo están usando aplicaciones de mensajería.
Y, de manera mensual, las llamadas a través de Facebook Messenger han crecido un 70%. Además, las videollamadas y mensajes de voz han crecido un 100% en WhatsApp.
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Pero, sorprendentemente, dos de las grandes beneficiadas en tiempos de confinamiento han sido un par de apuestas hasta ahora desconocidas.
Una de ellas, es Houseparty, cuya clave del éxito radica en que, además de hablar por videollamada, permite a los usuarios jugar.
Solo en una semana acumuló dos millones de descargas, según informaciones del diario español Mundo Deportivo.
ZOOM, NUEVO ÉXITO
La siguiente aplicación más exitosa del momento es Zoom. De repente, su compañía (Zoom Video Communications) ha pasado a estar valorada en 2.000 millones de dólares y sus acciones a rondar los 120 dólares .
Pasaron, desde los 62 dólares en diciembre a los 150 en marzo, descendiendo ante las dudas sobre la seguridad de la “app”, según fuentes del diario “online” El Confidencial.
Y es que cuando Eric Yuan, ingeniero informático chino emigrado a Estados Unidos en 1990, creó Zoom, seguramente no imaginaba lo que estaba por venir.
La suya era una de las muchas propuestas que nacen en Silicon Valley, dentro de un sector competitivo en el que es casi impensable robarle un puesto en el podio a los gigantes tecnológicos.
En sus inicios, allá por 2011, era una aplicación más de videollamadas con opción a conversaciones grupales y un enfoque claramente profesional: reuniones telemáticas de trabajo.
No obstante, a principios de este 2020 contaba, según datos ofrecidos por la compañía, con unos 10 millones de usuarios.
Sin embargo, la cuarentena por la crisis del coronavirus ha cambiado el destino de Zoom de manera sorprendente porque, además de seguir siendo útil para el trabajo o para las clases “online”, esta “app” se ha abierto un verdadero hueco en el uso personal de las videollamadas entre amigos y familiares.
MODELO A IMITAR
El crecimiento ha sido tal que actualmente han superado los 200 millones de usuarios. ¿Y a qué se debe? Probablemente a su simpleza.
Es una de las diferencias fundamentales con sus competidoras, en las que registrarse es imperativo, y agregar a los usuarios suele ser obligatorio.
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Zoom permite que, en apenas un par de clicks y compartiendo un enlace, las personas deseadas puedan unirse a la videollamada.
Además, Zoom permite conectar hasta a 100 personas en llamada en su versión gratuita.
Skype, de Microsoft, permite 50; Facebook Messenger puede unir en una misma llamada hasta 8 participantes, el mismo número que Houseparty; WhatsApp, a su vez, permite un máximo de 4, igual que Instagram.
Con todo, muchas de estas aplicaciones han tomado ejemplo del “renovarse o morir” y han ofrecido novedades en esta etapa de cuarentena.
Facebook Messenger ha lanzado su versión de ordenador con las videollamadas.
WhatsApp ha simplificado el mecanismo para realizar las llamadas grupales.
Skype, a su vez, ha incluido la opción de, al igual que en Zoom, se puede compartir un enlace con el que unirse a la conversación grupal.
Mientras tanto, cobran relevancia otras apuestas que, al igual que Houseparty, permiten jugar y hablar a la vez, como Bunch, compatible con los juegos más populares para teléfonos móviles; o Discord, pensada para “gamers” y utilizada cada vez más como software de mensajería.
DUDAS EN LA SEGURIDAD
Pero, si hay una característica de Zoom y de Houseparty que las pone en entredicho es la seguridad.
Por un lado, empezaron a correr mensajes en redes sociales, de usuario a usuario, en los que se afirmaba que Houseparty había sido “hackeada” y que, a través de sus credenciales, se podría acceder a cuentas de terceros.
Incluso desde The Washington Post informaron de que miles de videollamadas de los usuarios de Zoom habrían quedado expuestas en internet.
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La compañía aseguró en el mismo diario que “la aplicación proporciona una manera segura de que los anfitriones almacenen las grabaciones”. Y añadieron que, para ello, “les instamos a que tengan precaución y sean transparentes con los participantes de la llamada”.
Una información que la compañía ha completado a través de Twitter, afirmando que “todas las cuentas Houseparty son seguras”, incidiendo en que “el servicio no recopila contraseñas para otros sitios”.
Incluso los representantes de la empresa llegaron a informar que suponían que se trataba de una campaña de desprestigio y han ofrecido un millón de dólares a quien aporte pruebas de la misma.
Pero, a falta de que estas dudas se vayan resolviendo en este yen otror casos, y siempre que sean usadas con seguridad, lo que está claro es que las aplicaciones de videollamada son una forma de hacer más pequeñas las distancias en tiempos de cuarentena.
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