A Pemex le “pican sus ductos”19 veces al día en promedio. Sus más de 30 mil kilómetros de redes del país son vulnerables, pero las que corren por la zona centro y bajío, Puebla y Guanajuato principalmente, han sido las favoritas para su ordeña sin empacho en los últimos 15 años.
El robo de combustible creció como la hiedra en Puebla; en el año 2000 Petróleos Mexicanos reportaba 15 tomas clandestinas, 16 años más tarde eran más de mil 500 tomas ilegales. Las pérdidas suman al menos 100 mil millones de pesos.
El llamado triángulo rojo de Puebla se convirtió en blanco favorito por que el ducto de Pemex baja de las cumbres de Maltrata, y aunque Pemex cierre la válvula, lo que pasó por el ducto en ese tramo con pendiente sigue corriendo por la fuerza de gravedad hasta los territorios de los chapaductos.
El director general de Pemex, José Antonio González Anaya, dice en entrevista exclusiva para El Sol de México, que tiene dos innovaciones alrededor de la estrategia activada a principios de año contra el robo de combustible.
La primera, que ha sido la forma tradicional, es la de ubicar la toma clandestina e ir tras los chupaductos, la novedad es que ahora acompaña al equipo de Pemex, personal de los centros de mando instalados en las zonas más críticas del país.
Como parte de las acciones para combatir este ilícito a nivel nacional, en enero del presente año se integró, por primera vez en la historia, un grupo de coordinación integrado por Pemex, la Procuraduría General de la República, las Secretarías de Hacienda, Marina, Defensa Nacional, Gobernación y Energía. Este grupo se reúne semanalmente para trabajar conjuntamente, creando un frente común llamado centro de mando.
Y la segunda, es un grupo de inteligencia terrestre y financiera que ubica dónde y cómo se vende el combustible robado.
“Siempre queríamos agarrar a la gente cuando robaba el ducto y eso es difícil, la mejor manera de complementar esto es agarrar a la gente a donde lleva el producto”, manifiesta González Anaya desde el piso 44 de la torre ejecutiva de Pemex en Ciudad de México.
Explica que desde que era funcionario en la secretaría de Hacienda, tenía en mente él y su tocayo José Antonio Meade (Secretario de Hacienda) el tema de seguir el dinero de la venta de combustible robado, el problema en ese momento era que Pemex no daba información.
“El primer aspecto de la estrategia es que estamos entrando a la demanda y el segundo aspecto es que la compañía petrolera está jugando un papel importantísimo de articulado, o sea nosotros sí sabemos cuánta gasolina se consume, a quién se la vendemos y antes la compañía petrolera no cooperaba con las autoridades, pero ahora sí, ahora estamos viendo que hay gasolineras que venden más de lo que nos compran, pero eso antes no se hacía”, detalló González Anaya, que ocupa la dirección general de la paraestatal desde febrero de 2016.
El director de la petrolera mexicana ha construido un grupo interdisciplinario formando por el secretario de Hacienda, el Procurador General de la República, el propio director de Pemex, el SAT, sector bancario, Procuraduría Fiscal, Inteligencia Financiera y equipo de comercialización, ductos y vigilancia de Pemex, todos ellos participan en seguir la ruta del dinero que genera la venta del huachicol.
“Estamos acercándonos a las gasolineras porque la cantidad de combustibles que se están robando no se vende en tres changarritos en la carretera, es demasiado, entonces ahí vamos, arrancamos con Puebla porque era el lugar en donde más nos robaban.
Confiesa que aún tienen resultados finales pero que muy pronto darán a conocer los avances contundentes del plan “follow the money” que está activado por lo menos en Puebla y Guanajuato, dos entidades donde los huachicoleros no tenían llenadero hasta la llegada de González Anaya.
Pemex ha sido siempre cuestionada por SCADA (Sistema de Control de Supervisión y Adquisición de Datos) por su poca efectividad para detectar el robo de combustible.
González Anaya la defiende y dice que es muy efectiva y que sirve para eso y para otras cosas más. Explica que han llegado a los puntos donde está detectado el robo, pero no encuentran nada en la superficie ya que la conexión del ducto de Pemex con la manguera que roba está oculta, debajo de la tierra, y estas mangueras pueden tener kilómetros de longitud y que les es imposible saber en ese momento para dónde corren.
Además de mangueras enterradas, está el fenómeno social de las comunidades alrededor de los ductos picados, sus habitantes hacen bloqueos humanos con mujeres y niños en los caminos para no dejar pasar al personal de Pemex y autoridades. Los huachicoleros se convierten en una suerte de Robin Hood con las comunidades cuando les reparten dinero y les comparten litros del motín.
Por otro lado, la logística de abastecimiento y transportación del combustible robado es instrumentado con precisión. En un video nocturno mostrado por el González Anaya se observan a más de 148 pipas haciendo fila de manera ordenada para ser surtidas a pie de la toma de Pemex, nada ni nadie les impidió esa noche robar cientos de miles de litros.
“En Pemex estamos absolutamente comprometidos con el robo de combustible, esto es un tema que no solo nos daña financieramente a nosotros, daña al gobierno, pero además está descomponiendo el tejido social”, dice González Anaya.
Hasta hace unos meses Puebla ocupaba el primer lugar a nivel nacional en robo de combustible, pero ahora Guanajuato lleva delantera.
El director general de Pemex dijo estar muy desconcertado y sorprendido con las dichos recientes del gobernador de Guanajuato, Miguel Márquez Márquez, quien declaró que la paraestatal sigue mostrando el más mínimo interés por atender el tema del robo de combustible en el estado.
“Por qué estoy yo sorprendido de la declaración del Gobernador. Porque yo, con todo el equipo, he ido cuando menos tres veces a León y él no ha venido ninguna. Se supone que nos reunimos con nuestros equipos cada mes y los equipos se reúnen cada 15 días y cada vez que toca que el equipo venga a México, no viene”, dijo.
Gónzalez Anaya admite que hay mucho por hacer sin embargo dice que existen avances desde una reunión efectuada el 23 de junio en Guanajuato a la que asistieron el gobernador Márquez y se estableció una nueva estrategia con la participación de diversas instancias del gobierno federal.
El titular de Petróleos Mexicanos señaló que aumentó el número de vehículos decomisados, de 357 en 2016 a 515 en 2017 y de personas aseguradas, de 91 en 2016 a 181 hasta agosto de 2017.
En respuesta a las declaraciones del gobernador Márquez, manifestó que ha triplicado el número de alertas atendidas con respecto al año anterior y se reforzó, por parte de Pemex, el sistema de monitoreo y control en los 290 kilómetros de ductos que atraviesan el estado a fin de mejorar la detección oportuna de tomas clandestinas.
El número de tomas clandestinas en el estado se redujo en 9%, pasando de 161 tomas en mayo de 2017 a un promedio mensual de 147 en el periodo junio-septiembre. También disminuyó en 24% el número de tomas clandestinas en Irapuato, el municipio con mayor número de tomas a nivel nacional, pasando de 62 en mayo de este año a 47 en promedio mensual en el periodo junio-septiembre.
“Se han recuperado 1.3 millones de litros de combustibles asegurados en lo que va de 2017, 14 veces superior al volumen total recuperado en 2016", manifestó.
El director general de Pemex dijo que como parte de la nueva estrategia de combate integral al robo de combustibles, se han fortalecido los mecanismos de monitoreo de compras y ventas de estaciones de servicio para detectar posibles operaciones con producto de procedencia ilícita.
Derivado de este análisis se ha cancelado el contrato de franquicia a 2 estaciones de servicio en el estado de Guanajuato por comercializar producto no adquirido a Pemex y el 22 de septiembre se iniciaron procedimientos de recisión de contrato a otras 6 estaciones por presunta adquisición de combustible de procedencia ilícita.
-¿A qué atribuye que el gobernador de Guanajuato haya dicho eso?
Eso se lo vas a tener que preguntar a él, yo no lo entiendo. Sí puedo decir que estoy desconcertado porque demerita el trabajo de Pemex. ¿Podemos hacer más? sí, ¿debemos hacer más? sí, pero esto no es un avance menor en tres o cuatro meses de trabajo, nos está costado muchísimo.
-¿Dentro del plan que han estructurado qué proyección tienen?
A mí no me gusta prometer algo que después tenga que explicar porque no lo cumplí. Esta es una batalla y no de dos o tres meses. Es un problema que hemos visto en otros países y se tarda tiempo pero pronto vamos a hacer un balance de cómo vamos y se va a poder ver una joroba en todo esto. Nos falta mucho por hacer, pero el más interesado en resolver este problema es Pemex.
