Los apicultores zacatecanos denunciaron que en el estado se registra un alto índice de robo de colmenas, ilícito que podría llevar a la quiebra a los productores de miel de abeja.
El presidente de la Unión Ganadera Regional Especializada en Apicultura, Rafael Sánchez Rodríguez, reveló la gravedad de la problemática que viven las 400 familias de apicultores organizados y advirtió de nuevas formas de hurtos.
Ante la difícil situación que enfrentan las 10 organizaciones locales agremiadas, recordó que la asociación exigió al Poder Legislativo hacer modificaciones en materia penal para proteger del robo a las 60 mil colmenas existentes en la entidad y el delito se sancione con la misma dureza que el abigeato.
Entrevistado por Notimex, el dirigente de los apicultores zacatecanos externó la preocupación del gremio por la afectación que sufren y aseguró que en el primer trimestre del año el hurto de colmenas en el estado alcanzó niveles no vistos anteriormente.
Como ejemplo mencionó que de febrero a junio pasados, a un solo productor del municipio de Jerez le fueron hurtadas 180 colmenas, de las casi 600 que tenía, es decir, se llevaron cerca de una tercera parte de su patrimonio.
Para reflejar el impacto negativo de ese robo en específico, el dirigente afirmó que “con 250 colmenas una familia vive todo el año”, de ahí que lamentara el aumento de dicho delito.
Aunque aclaró que varía el número de colmenas que cada apicultor posee, dijo que pueden tener mínimo 25 y máximo mil, ya que la mayoría son pequeños productores, lo que no es impedimento para generar una de las mejores miel de abeja del mundo.
Al abundar en la petición para que el robo de colmenas se equipare con el abigeato y se castigue de igual manera, Sánchez Rodríguez dijo que “la abeja es ganado y estamos en el Registro Nacional Agropecuario como ganaderos”.
Cada colmena tiene su fierro, arete y está en el Sistema Nacional de Identificación Individual de Ganado (Siniiga), como los están, por ejemplo, las vacas, añadió al señalar que cada apicultor tiene registrado el número que posee.
No obstante, reconoció que a pesar de las medidas implementadas para proteger a las colmenas, la sustracción no se detiene, pues los ladrones buscan nuevas formas para robar sin ser detectados.
Ahora, explicó el presidente, los rateros ya sacaron otro medio, porque llevan sus núcleos, con su arete e identificación y cambian los núcleos, que constan de una reina y unas abejas.
Los ladrones presentan sus propios registros, pero con colmenas que no son de ellos. “Y nadie los detiene, es decir, son seudoproductos que tienen registro y documentos y no hay manera de detectarnos”, afirmó.
Peor aún, cuando se atrapa a los ladrones de colmenas sólo se les detiene tres días y luego salen libres, lamentó al recordar que a mediados de junio, con apoyo de las autoridades estatales, los apicultores presentaron una iniciativa que reforma la Ley de Apicultura y el Código Penal del Estado.
En el momento de la presentación, el secretario del Campo, Adolfo Bonilla Gómez, dijo que el objetivo es endurecer las penas y equiparar el robo de colmenas al delito de abigeato.
La iniciativa de reformas pide modificar la Ley de Apicultura en sus artículos nueve, 22, 23 y 32, así como el Código Penal del estado, en sus artículos 330 y 331.
Con ellos se amplía la facultad de denuncia de los apicultores, se propone el procedimiento de subasta para las colmenas ubicadas en asentamientos irregulares, y se crea el procedimiento administrativo para sancionar y formar un fondo apícola; además se equipara el robo de abejas y colmenas al de abigeato.