Al cierre de marzo, antes de la crisis en el mercado laboral causada por la pandemia, 1.7 millones de mexicanos se ganaban la vida con la venta de productos en las calles del país. Esa cifra es la más alta de la que se tenga registro desde 2012.
Además, significa que el número de personas dedicadas a vender mercancías en las calles duplica el de médicos, enfermeras y especialistas en salud.
El portal Data México de la Secretaría de Economía, que retoma datos del Inegi, revela además un crecimiento sostenido en la cantidad de vendedores ambulantes desde el último trimestre de 2018. Esto implica que en 15 meses 233 mil mexicanos se sumaron al comercio en la vía pública.
En promedio, la edad de quienes se dedican a esta actividad es de 44 años y su ingreso de dos mil 980 pesos al mes.
Las cifras revelan diferencias de género significativas. Más de la mitad (56 por ciento) de la fuerza laboral ocupada en la venta de productos en las calles está conformada por mujeres cuyo ingreso promedio al mes (dos mil 460 pesos) es menor al de los hombres (tres mil 640 pesos).
En el Estado de México, Veracruz y la Ciudad de México 669 mil personas trabajan como vendedores ambulantes, casi una tercera parte del total.
Además, casi un millón se dedican a la venta de alimentos.
Si bien casi todos los vendedores ambulantes se ocupan de manera informal, una pequeña proporción (1.7 por ciento) lo hace de manera formal.
Los datos más recientes publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revelan el impacto de la crisis sanitaria en el mercado laboral, con la destrucción de más de un millón de empleos formales y el crecimiento en la ocupación informal, dentro de la cual se incluye a los vendedores ambulantes.
En mayo, 1.9 millones de personas se sumaron al sector informal, con lo que la tasa subió a 51.8 por ciento de la población ocupada, según la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empelo (ETOE) del Inegi.
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