El Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE) ha emitido una advertencia sobre la posible persistencia de situaciones de emergencia climática en las próximas semanas, respaldando las afirmaciones de varios expertos, incluidos los especialistas del Programa de Investigación en Cambio Climático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Ante este panorama, el FIDE considera imperativo adoptar medidas para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), como la regulación del uso de aires acondicionados.
Siguiendo el ejemplo de otros países, el FIDE sugiere mantener los aires acondicionados a temperaturas no inferiores a 23°C en el verano, tanto en hogares como en empresas. Un estudio de campo realizado por el FIDE encontró que la mayoría de las oficinas públicas operan los aires acondicionados a 19°C en verano, lo que resulta en un aumento del 32% en la factura eléctrica en comparación con aquellos calibrados a 23°C.
Raúl Talán, Director General del FIDE, citó informes de la Organización Mundial Meteorológica (OMM), que indican que la temperatura promedio del planeta ha aumentado en 1.45 grados Celsius desde el inicio de la era industrial hasta el cierre del año 2023. Este aumento podría llevar a superar el límite de 1.5 grados Celsius establecido en el Acuerdo de París COP21, especialmente con las altas temperaturas actuales y las previstas para las próximas semanas y meses.
Talán destacó la necesidad de que hogares, empresas e instituciones gubernamentales intensifiquen sus esfuerzos para reducir las emisiones de GEI, que se derivan en gran medida de la demanda de energía para la regulación de la temperatura en interiores.
Afirmó que los aires acondicionados son uno de los principales consumidores de energía en hogares y empresas, y su uso contribuye al aumento de las emisiones de GEI y a la sobrecarga de las redes eléctricas.
El aumento de la temperatura global ha desencadenado un ciclo de retroalimentación negativa, donde el incremento de la demanda de aires acondicionados conduce a un mayor consumo de energía y, por ende, a un mayor volumen de emisiones de GEI, exacerbando así el cambio climático.
De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (AIE), aproximadamente el 10% del consumo mundial de energía eléctrica se destina al funcionamiento de aires acondicionados. Por lo tanto, es crucial establecer límites en las temperaturas de operación de estos equipos.
A nivel internacional, diversas organizaciones han emitido recomendaciones para establecer temperaturas de inicio de operación de aires acondicionados. Por ejemplo, el Departamento de Energía de Estados Unidos sugiere una temperatura de arranque de 25.5°C para el verano, mientras que la Asociación Americana de Ingenieros en Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado recomienda temperaturas entre 24 y 26°C para oficinas, según el tipo de espacio. Además, la Organización Energy Star de Estados Unidos insta a que los aires acondicionados no funcionen por debajo de los 25.5°C durante el día y 27°C durante la noche en el verano.
Establecer umbrales adecuados para la operación de los aires acondicionados no solo permite ahorrar energía, sino que también puede beneficiar la salud y la productividad. Un estudio publicado en la revista HVAC&R encontró que los trabajadores en oficinas con temperaturas entre 24°C y 26°C fueron más productivos y cometieron menos errores que aquellos que trabajaron en ambientes más fríos.
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