Por esta razón en México no hay segunda vuelta electoral

Una segunda vuelta electoral requeriría reformas significativas tanto en la Constitución como en las leyes electorales mexicanas

Héctor Román / El Sol de Zacatecas

  · viernes 31 de mayo de 2024

El actual sistema de mayoría relativa ha sido puesto en tela de juicio en las últimas elecciones / Cuartoscuro.com

En el marco de las elecciones presidenciales y ante un panorama político cada vez más competitivo y fragmentado, surge una pregunta recurrente: ¿por qué en México no se contempla la segunda vuelta electoral?

A diferencia de otras democracias latinoamericanas como Brasil, Argentina y Colombia, donde la segunda vuelta asegura que el presidente electo cuente con el apoyo mayoritario del electorado, en México este mecanismo no ha sido implementado.

Contexto histórico y político

La ausencia de la segunda vuelta electoral en México está arraigada en la historia política. Desde la instauración del sufragio universal en 1917 y la consolidación del sistema de partidos, México ha optado por un sistema de mayoría simple o relativa para la elección de su presidente. Esto significa que el candidato que obtenga la mayor cantidad de votos, sin necesidad de superar un umbral del 50%, se convierte en presidente.

El Partido Revolucionario Institucional (PRI), que dominó la política mexicana durante gran parte del siglo XX, se benefició de este sistema, ya que consolidaba su hegemonía sin enfrentar el desafío de una segunda vuelta.


La transición democrática que culminó en el año 2000 con la victoria de Vicente Fox del Partido Acción Nacional (PAN) no alteró este esquema, manteniéndose la regla de mayoría simple.

A favor de la segunda vuelta

Legitimidad y Representatividad: Los defensores de la segunda vuelta argumentan que este sistema garantizaría que el presidente electo cuente con un respaldo mayoritario, fortaleciendo así su legitimidad y la estabilidad política.

Incentivo al Consenso: En un escenario de segunda vuelta, los candidatos tendrían que buscar alianzas y compromisos, lo que podría llevar a un gobierno más incluyente y representativo de la diversidad política del país.

En contra de la segunda vuelta

Costos Adicionales: La organización de una segunda vuelta implica gastos significativos adicionales, en un país donde los recursos para procesos electorales ya son considerablemente altos.

Riesgos de Polarización: Algunos analistas temen que una segunda vuelta podría exacerbar la polarización política, llevando a campañas más agresivas y divisivas.

La implementación de una segunda vuelta electoral requeriría reformas significativas tanto en la Constitución como en las leyes electorales mexicanas. Esto no solo implica un consenso político difícil de alcanzar en un Congreso fragmentado, sino también un ajuste logístico considerable por parte del Instituto Nacional Electoral (INE).

El actual sistema de mayoría relativa ha sido puesto en tela de juicio en las últimas elecciones, donde los presidentes han sido elegidos con menos del 50% de los votos, reflejando una falta de consenso absoluto entre el electorado. Sin embargo, cualquier cambio significativo, como la introducción de una segunda vuelta, requiere una voluntad política y social que aún no se ha consolidado.

A medida que México avanza hacia futuros comicios, la discusión sobre la segunda vuelta electoral continúa siendo un tema relevante y debatido. La decisión de mantener el sistema actual o adoptar uno nuevo dependerá en gran medida de las dinámicas políticas y sociales, así como de las prioridades de la ciudadanía y sus representantes.

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