Mantener la estufa limpia no solo es esencial para la higiene de tu cocina, sino que también asegura su correcto funcionamiento y prolonga su vida útil. Por ello, te ofrecemos una guía paso a paso para limpiar tu estufa de manera eficiente.
Antes de comenzar, asegúrate de tener a mano los siguientes materiales:
- - Guantes de goma
- - Esponja o paño suave
- - Detergente suave
- - Bicarbonato de sodio
- - Vinagre blanco
- - Cepillo de cerdas suaves o un cepillo de dientes viejo
- - Toallas de papel o un trapo seco
- - Desconecta y enfría la estufa
Para garantizar tu seguridad, asegúrate de que la estufa esté apagada y completamente fría antes de comenzar la limpieza.
Limpia las parrillas y quemadores
Retira las parrillas y los quemadores de la estufa. Si están muy sucios, sumérgelos en una mezcla de agua caliente y detergente durante 15-20 minutos. Luego, frótalos con una esponja o un cepillo de cerdas suaves. Para manchas difíciles, puedes hacer una pasta con bicarbonato de sodio y agua, aplicarla sobre las manchas y dejarla actuar durante unos minutos antes de frotar.
Limpia la superficie de la estufa
Para la superficie de la estufa, usa una esponja húmeda con un poco de detergente suave. Frota suavemente para eliminar la grasa y los residuos de comida. Si hay manchas difíciles, rocía un poco de vinagre blanco y deja actuar durante unos minutos antes de limpiar con la esponja.
Limpia los controles y mandos
Los controles, perillas y mandos de la estufa también pueden acumular suciedad. Retíralos si es posible y límpialos con agua jabonosa. Si no se pueden retirar, limpia cuidadosamente alrededor de ellos con un paño húmedo.
Enjuaga y seca
Una vez que hayas limpiado todas las partes, enjuágalas bien con agua limpia para eliminar cualquier residuo de detergente. Luego, seca todas las partes con toallas de papel o un trapo limpio y seco.
Vuelve a ensamblar la estufa
Cuando todas las partes estén limpias y secas, vuelve a ensamblar la estufa. Asegúrate de que todas las piezas estén bien colocadas antes de encenderla de nuevo.
Para mantener tu estufa limpia por más tiempo, límpiala después de cada uso. Esto evitará que la grasa y los residuos se acumulen y se vuelvan más difíciles de eliminar. Usa protectores de quemadores para facilitar la limpieza. Estos protectores son fáciles de quitar y lavar. Evita usar limpiadores abrasivos que puedan rayar la superficie de tu estufa.
Con estos pasos, tu estufa se mantendrá limpia y en perfecto estado, lista para preparar deliciosas comidas sin preocupaciones. Mantener la limpieza de tu estufa no solo mejora la apariencia de tu cocina, sino que también garantiza un ambiente más saludable y seguro.
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