San Francisco de Asís, un hombre de fe y humildad

Conoce la historia del santo italiano que se festeja este 4 de octubre

El Sol de Zacatecas

  · viernes 4 de octubre de 2019

Renunciar a las seducciones del mundo para vivir en paz, así fue como vivió San Francisco de Asís / @fratrumminorum

Renunciar a las seducciones del mundo para vivir en paz, humildad y libre de prejuicios para predicar la serenidad y alegría a los necesitados, así fue como vivió San Francisco de Asís, el santo italiano que se festeja este 4 de octubre.

Francisco nació en 1182 en Asís, Italia, en el seno de una familia acomodada, pues su padre era comerciante y su madre provenía de una familia noble, pero nunca se interesó por los negocios ni por los estudios, sin embargo, en su juventud tenía la aspiración de convertirse en caballero.

Después de caer preso en Perugia, fue repatriado a Asís, donde se unió al Conde Gentile que se iba a Puglia, a partir de este momento Francisco comienza a recibir las señales de su verdadera vocación, pues en una ocasión mientras dormía escuchó una voz que le decía “¿Quién puede tratarte mejor: el Señor o el sirviente?” por lo que regresó a Asís esperando que Dios le revelara su voluntad.

Tras este acontecimiento, Francisco se dedicó a la oración, a a dar a los pobres y al servicio de los enfermos, hasta renunciar a la herencia de su padre en 1206 y asumir la condición canónica de penitente voluntario para continuar al servicio de los necesitados y a la restauración de algunas iglesias después de que un Cristo le dijera “ Francisco ve y repara mi casa que, como ves, está en ruinas”

La popularidad del estilo de vida de Francisco, pronto trajeron algunos discípulos con quienes viajó a Roma para pedirle al Papa Inocencio III la aprobación de su forma de vida religiosa, permiso que les es concedido para predicar y en 1212 la “Fraternidad” se estableció en Porziuncola, cerca de Asís.

Tras dejar el cargo de la orden y retirarse en soledad al Monte Alvernia, le fueron revelados los estigmas de la pasión de Cristo, tiempo después bajó del monte y tras el deterioro de su salud la “hermana muerte” lo visitó el 3 de octubre de 1226.

Su canonización fue uno de los procesos más rápidos de la iglesia, pues el Papa Gregorio IX lo declaró santo solo dos años después de su muerte, el 16 de julio de 1228.

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