El control de peso es uno de los principales objetivos en hombres y mujeres, pues la obesidad es signo de mala de salud, “ya no se trata de ser delgado o gordo, se trata de estar sanos”, nos dice la sabia Mamá Tere, al presentarnos a las semillas de chía como su recomendación para perder peso, “claro, sin olvidar el ejercicio”, enfatiza.
Mamá Tere dice que las semillas de chía son idóneas además como refuerzo de sustancias vitales y de nutrición deportiva, así que es recomendable para todos.
La chía ayuda a perder peso gracias a su particular capacidad de hincharse y su contenido proteico y su elevada densidad de nutrientes.
Y es que las semillas de la chía poseen la peculiaridad de absorber nueve veces su propio peso en líquido, por o que se dilatan en el estómago, hasta convertirse en una masa gelatinosa, produciendo un efecto saciante. Ojo, Mamá Tere nos recomienda consumir las semillas con abundante líquido, algo así como 135 mililitros de agua para 15 gramos de semillas de chía.
La consistencia gelatinosa de las semillas de chía remojadas o consumidas con líquido no solo ocupa volumen en el estómago, sino que además tiene un efecto positivo en la digestión de los nutrientes.
Además, las semillas de chía reducen la posibilidad de tener picos de insulina gracias a su efecto positivo en el metabolismo, lo que las convierten en uno de los principales aliados en la pérdida de peso, contribuyendo a hacer que los ataques de hambre sean cosa del pasado.
Las semillas de chía pueden ayudar en la pérdida de peso gracias a su alto contenido en fibra.
Según la Asociación Alemana de Nutrición (DGE), los adultos deben consumir al menos 30 gramos de fibra al día. Una cucharada sopera de semillas de chía ya cubre más de un cuarto de la cantidad diaria recomendada de fibra. No solo potencian el efecto saciante, sino que además estimulan la digestión y tienen numerosos beneficios para la salud.
Mamá Tere recomienda para las personas veganas dos cucharadas y media de semillas de chía remojadas como sustituto para un huevo.
Las semillas de chía deben comerse siempre en crudo, ya que se cree que las temperaturas superiores a 42 grados destruyen muchas vitaminas y micronutrientes.
Mamá Tere nos explica que las semillas de chía enriquecen cualquier comida sin llegar a hacerla en absoluto pesada. Solo se tiene que añadir dos cucharadas de semillas de chía a la ensalada o al plato listo para servir, el sabor de la comida no cambia. Solo conviene llevar cuidado con las salsas y las sopas: debido a su capacidad de hincharse, las semillas de chía pueden espesar considerablemente su consistencia.
Las semillas de chía son ricas en antioxidantes, como, por ejemplo, el ácido fenólico, el ácido alfa-linoleico y la vitamina E. Los antioxidantes absorben los radicales libres del cuerpo y pueden contribuir así a reducir el estrés oxidativo que puede originarse también por los alimentos poco saludables.
Como una recomendación, Mamá Tere nos proporciona esta receta:
Ingredientes
2 cucharadas soperas de semillas de chía
1 cucharada sopera de crema de almendras
50 ml de leche de almendra
100 ml de agua
30 g de arándanos
Elaboración
Calentar agua y mezclar con un tenedor la crema de almendras con el agua. Poner las semillas de chía en remojo unos 30 minutos en la leche de almendra y la mezcla de agua y crema de almendras. Decorar con los arándanos.