El trastorno bipolar no sólo influye en aspectos biológicos, sino también en aspectos psicológicos y sociales. Se dan, tanto episodios de euforia como de depresión y se suele diagnosticar entre los 18 años y la mitad de la veintena. Las personas afectadas pueden llegar a tardar una media de cinco años en ser diagnosticadas.
Efe ha entrevistado al doctor José Manuel Montes, jefe de la sección de Psiquiatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid (España), y a Mateo Pérez, coordinador de psicólogos de la Asociación Bipolar Madrid, quienes han divulgado trabajos sobre esta patología.
Entre el Hospital Clínic de Barcelona y el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid ha itinerado la exposición #BIPOLARNOESBROMA, promovida por la empresa farmacéutica Lundbeck, que ha tenido como fin concienciar e informar sobre este trastorno con seis paneles informativos.
Cómo se diagnostica
“En la mayoría de los casos, el trastorno bipolar comienza con síntomas depresivos y el paciente no es correctamente diagnosticado de depresión unipolar hasta que aparece la euforia, mediante síntomas maníacos o hipomaníacos”, explica el doctor José Manuel Montes.
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Entre la información que se puede recabar en la exposición, el visitante descubre los síntomas que se dan en este trastorno. El especialista añade: “En otras ocasiones, el trastorno se inicia con síntomas psicóticos, que pueden confundirse con otros trastornos en los que también aparecen los mismos síntomas, sobre todo en personas que consumen sustancias. También, la hipomanía puede pasar más desapercibida cuando es muy breve y no hay una disrupción”. Un diagnóstico precoz ayuda a un mejor manejo de la enfermedad y a evitar más episodios y mejorar la calidad de vida.
Síntomas de episodios de manía
Euforia o irritabilidad. - Autoestima exagerada o sentimiento de grandeza. - Disminución de la necesidad de dormir. - Estado más hablador de lo habitual. - Pensamiento acelerado. - Facilidad de distracción. - Aumento de la actividad. - Participación excesiva en actividades placenteras o con riesgo. - Gastos excesivos. - Síntomas de episodios depresivos. - Ánimo triste. - Pérdida de interés o placer. - Aumento o disminución del apetito. - Pérdida o aumento importante de peso. - Insomnio o hipersomnia (sueño excesivo). - Agitación o enlentecimiento psicomotor. - Fatiga o pérdida de energía. - Sentimientos de culpabilidad o inutilidad. - Disminución de la capacidad de pensar. - Pensamientos de muerte recurrentes e ideas suicidas. Durante los episodios depresivos o maníacos pueden aparecer síntomas psicóticos (alucinaciones o delirios).
Cómo se trata
Hay tratamiento farmacológico y psicológico. Montes explica que “para el trastorno bipolar, el tratamiento es, fundamentalmente, farmacológico y, a partir de ahí, se puede incluir un programa de psicoeducación”. Apunta al litio como tratamiento estándar porque es uno de los más utilizados y que mejores resultados ofrece cuando funciona.
También, para tratar este trastorno cada vez se están empleando más los antipsicóticos. Los efectos secundarios a largo plazo que pueda sufrir un paciente con el tratamiento son menores comparados con todos los problemas que puede conllevar el trastorno bipolar, según los expertos y, por ello, Montes dice que “no se ha de tener gran preocupación al respecto”. Por otro lado, es recomendable que el paciente siga una psicoterapia ligada a la enfermedad.
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El psicólogo Mateo Pérez explica: “Es bueno que el paciente siga un programa de psicoeducación, que consiste en adquirir conocimientos sobre el propio trastorno y la necesidad de seguir el tratamiento adecuadamente. También se adquiere un conocimiento que ayuda a detectar y prevenir nuevos episodios”.
Evitar Recaídas
Según el psicólogo, “con cualquier situación de estrés que se dé en la vida del paciente puede ser desencadenante de una recaída”. Este advierte que, para evitar recaídas, la higiene del sueño es fundamental, así como no consumir sustancias. Para mantenerse estable es indispensable la adherencia al tratamiento, indica el experto.
Según datos proporcionados por Lundbeck, en torno al 50% de los pacientes abandona la medicación por su cuenta a lo largo de su vida. Mateo Pérez dice que “cuando el paciente está en un estado de eutimia, es decir, sin subidas ni bajadas, tiende a pensar que la medicación ya no le hace falta y se la deja de tomar”. El abandono del tratamiento farmacológico suele desencadenar una recaída.
Conocer la enfermedad
Pérez reivindica campañas sobre esta enfermedad y sobre la salud mental en general. También denuncia que falta una adecuada divulgación sobre las características del trastorno, ya que una persona lo puede estar sufriendo y ni él ni sus allegados, en ocasiones, pueden ser conscientes de que está ahí.
Asimismo, el coordinador de psicólogos de la Asociación Bipolar Madrid anima a acudir al médico de cabecera o al especialista para obtener información. Entre los propios diagnosticados hay una gran falta de información. Pérez comenta que a la asociación llegan usuarios con el informe médico, el diagnóstico, pero sin conocimiento sobre la enfermedad.
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También, explica que de una muestra que hicieron de 120 sujetos, a casi el 50% no le habían informado correctamente sobre este trastorno. Este dato es preocupante debido a que el autoconocimiento y el empoderamiento del paciente ayuda a que este pueda controlar mejor su enfermedad y llevar una mejor calidad de vida. Montes apunta: “Cuando se acepta y entiende el trastorno, con los tratamientos actuales y la ayuda de los profesionales, se debe alcanzar el objetivo de la completa normalización”.
Isabel Mesa, presidenta de la Asociación Bipolar Madrid, se lamenta: “Sigue siendo una enfermedad con mucho estigma por parte de la sociedad y, en parte, por el propio autoestigma del afectado”. La experta añade a Efe: “En el plano social puede generar rechazo por parte del círculo de iguales y a nivel laboral, ya que las empresas no apuestan por gente con este trastorno”. El diagnóstico tardío y la estigmatización afectan negativamente a un paciente con esta enfermedad.
Sobre este tema, una ilustración de Eduard Vieta, del Hospital Clínic de Barcelona, recogida en la exposición, sentencia: “Si tienes un trastorno bipolar, confía en ti mismo , estigmatizarse no te ayudará, porque es el primer problema.
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