Desde el inicio de la pandemia de Covid-19, que inició en México durante el primer trimestre del 2020, se han detectado diferentes variantes y subvariantes del virus, la última de ella es la llamada BQ.1 y BQ.1.1 de ómicron, a la que también se le ha llamado “Perro del infierno”.
El nombre de esta variante hace referencia al ser mitológico Cancerbero, que según la mitología griega era el perro del dios Hades y resguardaba la puerta del inframundo.
Las autoridades de salud están en alerta pues han dicho que esta variante posee un alto nivel de transmisibilidad, de hasta un 10%. Incluso, algunos especialistas apuntan a que el nivel de transmisibilidad de esta variante podría ser de hasta un 30%.
Síntomas comunes
Algunos de los síntomas de esta variante coinciden con los de otras variantes o subvariantes:
- Fiebre
- Escalofríos
- Tos
- Problemas para respirar
- Dolor muscular
- Cansancio
- Dolor de cabeza
- Dolor de garganta
- Diarrea
- Congestión nasal
Nuevos síntomas
- Apetito
- Afonía
- Taquicardia
Según Alfredo Corell, inmunólogo, divulgador científico y miembro de la Sociedad Española de Inmnunología, de la variante “Perro del infierno” se han detectado tres síntomas que no eran tan frecuentes en las anteriores variantes. Perdida de apetito, afonía y taquicardia son los tres síntomas relacionados con las variantes BQ.1 y BQ.1.1 de ómicron.
Los cuidados para evitar un contagio siguen siendo los mismos que se han recomendado desde el inicio de la pandemia: uso de cubrebocas en lugares concurridos, evitar saludar de mano y/o beso, lavado frencuente de manos, desinfectar superficies, estar alerta e cualquier síntoma y acudir al médico en caso de que exista la posibilidad de estar contagiado.
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