Ser madre es un regalo que se disfruta a cada momento y ese gozo lo podemos compartir con nuestro bebé. En esta ocasión Dulce Martínez de Danzapego, Zacatecas, brinda uno sus mejores consejos para lograrlo.
Se trata de amamantar a nuestro bebé con el porteo. Recuerda, el porteo consiste en tener al bebé pegado al cuerpo de su mamá para simular el confort que vivía en el vientre.
Pues bien, para amamantar a nuestro bebé con el porteo tiene muchas ventajas:
Acceso rápido al pecho: Al estar tan cerca del pecho la mamá se da cuenta de que tiene hambre antes de que llore y le puede ofrecer el pecho rápidamente. Cuando el bebé ya domina la técnica se engancha al pecho solito.
Aumenta y mantiene la producción de leche. El contacto piel con piel con el bebé ayuda a estimular la producción de leche materna elevando los niveles de la hormona prolactina. También ayuda a la relactación.
La posición erguida es su postura natural para amamantar y muy beneficioso porque le ayuda a expulsar los aires y gases, le alivia los cólicos al recibir nuestro calor estando vientre con vientre, y le alivia también el reflujo evitando regurgitaciones.
Con todos los portabebés se puede amamantar.
Hay que tener en cuenta que tendremos que poner el bebé a la altura del pecho. Con los de tela (fular elástico, tejido o bandolera de anillas) se puede colocar al bebé tanto en vertical como en posición cuna, la que nos convenga más o nos sea más fácil. Con los portabebés preformados (mei tai o mochila) sería en posición vertical.
También hay que tener en cuenta que el pecho también se mueve y podemos jugar con su altura. A veces bajando un poco la altura del bebé y subiendo el pecho, lo podemos coger con nuestra mano en forma de U y subirlo hasta la altura de su boca.
Al principio todo esto requerirá un poco de práctica. Las primeras veces recomendamos hacerlo en lugares en los que, si no lo conseguimos dentro del portabebés, podamos sacar al bebé y amamantar como nos sea más cómodo. Pero con un poco de práctica nos será de gran ayuda.