¿Quién fue Santa Rita de Casia, patrona de lo imposible?

Fue maltratada por su esposo; ahora es conocida como la “santa de lo imposible”

Rosaura Rincón │ El Sol de Zacatecas

  · domingo 22 de mayo de 2022

El 22 de mayo es la fiesta de Santa Rita de Casia, "patrona de los imposibles" / Cortesía │ Catedral de Santa Rita

Este 22 de mayo es la fiesta patronal de Santa Rita de Casia una mujer que no tuvo una vida fácil, se casó con un hombre violento y sus hijos tuvieron el mismo temperamento que su padre, después de que ellos murieran, se hizo monja y recibió los estigmas y las marcas de la corona de espinas en la cabeza. Su cuerpo permanece incorrupto.

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Santa Rita nació en mayo del año 1381, sus padres, Antonio Mancini y Amata Ferri formaban un matrimonio muy devoto, pero eran analfabetos y aún y cuando Santa Rita no acudió a escuela alguna, le fue dada la gracia de leer milagrosamente.

De joven quiso ser religiosa, pero sus padres le escogieron un esposo, Leopoldo Ferdinando y ella aceptó obediente.

Su esposo era bebedor, mujeriego y la golpeaba, pero Santa Rita se mantuvo fiel y en oración. Tuvieron dos gemelos que tenían el mismo temperamento del papá.

Luego de 20 años de matrimonio, el esposo de Santa Rita se convirtió, ella lo perdonó y juntos se acercaron más a la vida de fe. Un día él no llegó a casa y lo encontraron asesinado.

Cuerpo incorrupto de Santa Rita

Los hijos juraron vengar la muerte de su padre y la pena de Santa Rita aumentó. Ni sus súplicas los hacían desistir. La afligida mamá rogó al Señor que salvara a sus hijos y que tomara sus vidas antes de que se condenaran con un pecado mortal. Así ambos padecieron una terrible enfermedad y antes de morir perdonaron a los asesinos.

Santa Rita quiso ingresar con las hermanas agustinas pero no fue fácil porque había estado casada y por la sombría muerte de su esposo. Ella se puso en oración y cierta noche oyó que la llamaban tres veces por su nombre. Abrió la puerta y se encontró con San Agustín, San Nicolás de Tolentino y San Juan el Bautista, de quien ella era muy devota.

El ataúd de madera que tenía originalmente fue reemplazado por uno de cristal y ha estado expuesta para veneración de los fieles en la iglesia que se encuentra en el convento al que ingresó. / Cortesía │ Catedral de Santa Rita

Ellos le pidieron que los siguiera y después de recorrer las calles sintió que la elevaban en el aire y la empujaban suavemente hacia Casia hasta encontrarse arriba del Monasterio de Santa María Magdalena. Allí cayó en éxtasis y cuando volvió en sí estaba dentro del Monasterio y las monjas agustinas no pudieron negarle más el ingreso a la comunidad.

Hizo su profesión religiosa ese mismo año (1417) y fue puesta a prueba con duras pruebas por las superioras. Santa Rita recibió los estigmas y las marcas de la corona de espinas en la cabeza. A diferencia de otros santos con este don, las llagas en ella olían a podrido y tuvo que vivir aislada durante muchos años.

Después de una grave y dolorosa enfermedad murió en 1457, a los 76 años de edad, la herida de espina en su frente desapareció y en su lugar quedó una mancha roja como un rubí que tenía deliciosa fragancia. Su cuerpo permanece incorrupto.

Debía haber sido velada en el convento, pero por la muchedumbre tan grande se necesitó la Iglesia. Permaneció allí y la fragancia nunca desapareció. Por eso, nunca la enterraron. El ataúd de madera que tenía originalmente fue reemplazado por uno de cristal y ha estado expuesta para veneración de los fieles desde entonces. León XIII la canonizó en 1900.

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