Francia celebra su día nacional cada 14 de julio, y es este día en 1789, durante el comienzo de la Revolución Francesa, una multitud de al menos tres mil personas asaltó lo que representaba una fortaleza real a las afueras de París, conocida como Bastilla Saint-Antoine o Bastida de Saint-Antoine.
Esa fortaleza, que protegía el costado oriental izquierdo de la ciudad de París, representaba un papel importante en los conflictos internos de Francia, al ser usada principalmente como una prisión estatal por los reyes de Francia.
El rey Luis XVI y María Antonieta no eran para nada queridos por el pueblo francés, su reinado terminó con su decapitación en la guillotina; los franceses impulsados por los gastos extravagantes de la monarquía, el desempleo, la escasez de alimentos y los elevados impuestos habían dejado a los plebeyos desesperados y en la indigencia.
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Los ciudadanos enardecidos marcharon hasta la Bastilla, donde el entonces gobernador, Bernard-Rene de Launay, se atrincheró en las murallas y aceptó negociar con los delegados, pero los ciudadanos inconformes irrumpieron y de Launay dio la orden de disparar contra los ciudadanos.
La Bastilla fue clave en el inicio de la Revolución Francesa, pues según los historiadores ese fue el punto decisivo de la jornada y el instante en el que Luis XVI perdió la batalla por París y su poder.
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