La extremaunción es uno de los siete sacramentos instituidos en la Iglesia Católica que consiste en que el sacerdote traza con los Santos Óleos la señal de la cruz en la frente y en las manos de la persona enferma, en peligro de muerte o en edad avanzada.
El significado de este acto litúrgico es conceder una gracia especial y eficaz para fortalecerlo, reconfortarlo en su enfermedad y prepararlo para el encuentro con Dios.
El sacramento también es llamado Unción de los Enfermos, hasta el Concilio Vaticano II, se le conocía con el nombre de extremaunción, puesto que solo se administraba in extremis, es decir, ante la inminencia de la muerte, pero para su Constitución sobre la Sagrada Liturgia explicaron que “no solo es el sacramento de quienes se encuentran en los últimos momentos de su vida”, aclarando que es oportuno recibir el sacramento en tiempos de enfermedad o de vejez.
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Este cambio o aclaración del sacramento impuesto por el Concilio responde a la necesidad e importancia de asistir a los enfermos para que el Espíritu Santo los acompañe, reconforte y prepare, siguiendo el mandato de Jesucristo que menciona en el Evangelio de Marcos 16:17-18 :
“…en mi nombre... impondrán las manos sobre los enfermos…”
El aceite sagrado o Santos Óleos también es bendecido cada año por un obispo en la misa crismal, que se celebra el Jueves Santo por la mañana y es el mismo utilizado en el sacramento de Confirmación.
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La extremaunción es completada con la siguiente oración:
“Por esta santa unción y por su bondadosa misericordia, te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo. Para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad. Amén”
