Durante las celebraciones del Día de Muertos existen elementos que se encuentran casi en cualquier lugar, uno de ellos son los altares de muertos u ofrendas. Los altares se usan para rendir homenaje a alguna persona o personas fallecidas.
En los altares de muerto no pueden faltar las fotografías, las velas o veladoras, el papel picado, bebidas, comida y las flores de cempasúchil, que le dan un toque de color y aroma al altar.
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La Flor de cempasúchil en los altares
Según el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) del Gobierno de México, “las flores [de cempasúchil] son símbolo de la festividad por sus colores y estelas aromáticas. Adornan y aromatizan el lugar durante la estancia del ánima, la cual al marcharse se irá contenta, el alhelí y la nube no pueden faltar pues su color significa pureza y ternura, y acompañan a las ánimas de los niños”.
La investigadora María del Carmen López Ramírez explica que “antiguamente, la flor era considerada por los mexicas como un símbolo de vida y muerte”.
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“En el Día de Muertos es una tradición crear tupidos senderos con los pétalos de las flores de cempasúchil, desde el camino principal hasta el altar de la casa con la finalidad de guiar a las ánimas hacia los altares”.
“Según el conocimiento popular, el 31 de octubre por la noche llegan las almas de quienes fallecieron siendo niños y se van al medio día del 1 de noviembre, cuando llegan las ánimas de los adultos para visitar a sus familiares y degustar los alimentos que les han preparado y puesto en el altar en una convivencia que se prolonga hasta el 2 de noviembre al medio día”, explica la investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.